GRUPO B
Muchas más certezas que incertidumbres en La Roja
El estilo renovado de una España con apuesta ciega por sus extremos de la mano de Luis de la Fuente es su gran fortaleza
Fútbol | Eurocopa 2024
Con el máximo respeto al estilo con el que conquistó Europa y el mundo, sin renunciar al toque como seña de identidad, los tiempos han cambiado en el mundo del fútbol y Luis de la Fuente entiende que de la manera que antes se arrinconaba, se le hacía perder la identidad al rival sometiéndolo en su campo y se le acababa tumbando, ahora no da el mismo resultado.
A la presión alta que ya instaló Luis Enrique en el inicio de la evolución del estilo del éxito, le ha añadido un menor tiempo de posesión de balón y un mayor vértigo. España digiere menos cada acción y culmina más.
«Nosotros siempre intentamos ser dominadores del juego con la posesión pero tenemos otros registros que son muy verticales por las condiciones de los futbolistas. El porcentaje de victorias a mayor posesión ha disminuido muchísimo. Y te hace grande tener dos registros diferentes», apuntó De la Fuente. España, tras 111 partidos, perdió la posesión en su puesta en escena en la Eurocopa 2024 y ganó con la contundencia que refleja un 3-0 en el marcador. Nuevos tiempos.
Nico y Lamine, dos puñales que aumentan el respeto. La nueva seña de identidad de España se ha ganado el respeto de todos los rivales a base de descaro. Nico Williams por la izquierda y Lamine Yamal por la derecha aumentan el temor a ser desbordado. El riesgo de los laterales si no reciben ayudas es alto, como da fe Giovanni Di Lorenzo, y el nivel de acciones de uno contra uno y de regate aumentan en la selección española.
De la Fuente cuenta con dos futbolistas que abren el campo y atacan a la defensa rival cuando se miden a defensa de cuatro, y si lo hacen ante una selección que decida protegerse con cinco, buscan el central exterior para dejar paso a la subida de los laterales con profundidad como son Dani Carvajal y Cucurella. Las bandas cobran un gran protagonismo como la presencia siempre de un 9 puro y la llegada de jugadores de segunda línea para terminar jugada.
La fortaleza física de un grupo unido en el esfuerzo. Hasta Pedri, jugador que más justo llegó en el aspecto físico al torneo, se vacía en la presión y aguanta lo que le da el cuerpo a máxima intensidad. España es un bloque unido en el esfuerzo que incomoda al rival mordiendo siempre en la presión. Ha recuperado 123 balones y el factor importante es dónde lo hace, gran parte en campo rival para lanzar ataques con velocidad.
La unidad en el esfuerzo del colectivo hace que la selección española, con Unai Simón dos partidos y David Raya en uno, no haya encajado por primera vez en su historia ningún gol en la fase de grupos. Tres porterías a cero que impulsan el éxito. Sin fisuras, realizando bien el repliegue tras pérdida salvo en momentos de desajustes ante Albania en un partido en el que jugó ya teniendo la clasificación a octavos certificada como líder antes del inicio.
Un once definido sin egos ni malos gestos. Uno de los mayores logros de Luis de la Fuente, en el que insiste de forma recurrente, es el concepto «familia». El bien del grupo siempre por encima del individual. Su equipo titular, con apuestas inesperadas como Marc Cucurella por delante de Alejandro Grimaldo, Fabián Ruiz ganando el pulso a Mikel Merino y el rol indiscutible de Pedri tras año y medio de ausencias que pasa a Dani Olmo a ser secundario como no acostumbraba, no ha generado nada de ruido ni problemas en el vestuario.
El once de la selección española está más que definido para los octavos de final. Los titulares descansados por ser reservados ante Albania y los suplentes, contentos por haber debutado ya todos salvo el tercer portero Álex Remiro, preparados para cuando se les pida saltar al campo. «El papel del que sale desde el banquillo es como mínimo igual y la mayoría de veces más importante que el que comienza el partido», insiste De la Fuente. De esta manera cuenta con revulsivos como Ferran Torres, Olmo o Joselu si un encuentro se tuerce y quiere acabar en área rival. Variantes con dos jugadores por puesto de total confianza para el seleccionador. Y como asegura «buenas personas», que para el técnico es más importante que el nivel futbolístico.