FÚTBOL SALA | UN LEONÉS EN LA LNFS
Sergio Toral: «Temblé de emoción cuando me enteré de que había ascendido»
El fútbol sala de la provincia ha recibido una gran noticia en los últimos días tras confirmarse el ascenso del árbitro leonés Sergio Toral a la Liga Nacional de Fútbol Sala, máxima categoría del país. El colegiado, tras subir el pasado año a Segunda, ha cuajado una excelsa campaña que ha propiciado un nuevo salto de división aterrizando en la élite de este deporte. «Hasta que no pite dos o tres partidos en Primera, no lo acabaré de asimilar», afirma el joven, de tan solo 26 años, a este periódico.
—¿Cómo te sientes tras ascender a la máxima categoría del fútbol sala nacional?
—El momento en el que recibes la llamada es increíble. Nos dijeron que las listas saldrían el lunes y salieron el sábado anterior, nos pilló de sorpresa. La primera persona de la que me acuerdo es Kiko, mi compañero de Segovia con el que he arbitrado este año. Hemos ascendido los dos juntos a Primera y estábamos temblando de la emoción cuando nos enteramos de que habíamos ascendido.
—¿En algún momento a lo largo de la temporada te planteaste que podías ascender?
—No es tan fácil como en los equipos, que se ve cuando juegas bien y sumas puntos, pero algo puedes intuir. Era mi primer año en Segunda División, entonces mi objetivo al principio era mantenerme. Cuando fue avanzando la temporada, nos pusieron partidos importantes y eso significa algo, ahí tienes un poco de duda.
—¿Cómo se logra subir a Primera después de haber ascendido un año antes a Segunda?
—Creo que no es algo habitual hacer eso. Más allá de que yo lo haya hecho mejor, creo que, con mi compañero, como pareja, nos hemos entendido muy bien. Somos amigos y esa confianza que tenemos los dos nos ha ayudado mucho.
—¿Te costó más ascender a Segunda que a Primera?
—Sí. Este año ha sido más una sorpresa. Estuve siete años en Segunda B, cuatro veces en los playoff de ascenso y en los tres primeros años no pude ascender. En el ascenso a Segunda tuve más liberación. Esto no lo he acabado de asimilar y no lo haré hasta que pite dos o tres partidos de Primera.
—¿Cuándo empezaste a arbitrar?
—Yo empecé en este mundo con trece años. Mi padre era árbitro de Primera División y yo quería ser como él. Por la suerte de tenerle a él ahí pude mamarlo desde pequeño y aprender mucho de sus consejos. Era mi sueño desde pequeño llegar a Primera porque es verdad que yo tengo muchos referentes que se han quedado en categorías inferiores. Aunque yo esté más arriba, siguen siendo mis referentes.
—¿Qué significa para ti devolver al arbitraje leonés a la máxima categoría?
—También hacía mucho tiempo que no los había en Segunda. Antes de que yo empezará, había varias parejas, León era un referente y se fue perdiendo. Ahora hemos ido llegando una nueva hornada. Este año han ascendido dos nuevos compañeros a tercera también. Seguro que habrá muchos que sigan mi camino.
—¿Qué ha significado esta noticia para tu padre?
—Cuando recibí la noticia, le llamé y creo que él estaba más contento que yo. Ya le ocurrió el año pasado con el ascenso a Segunda, pero este año aún más. Estaba feliz como padre, por supuesto, y como árbitro.
—¿Qué te parece la situación actual de los equipos leoneses de fútbol sala?
—Antes estaba el Astorga en Primera, también estuvo La Bañeza. Creo que la crisis afectó bastante, ha habido años que en León capital no ha habido equipos de tercera para arriba. Este año está el Villaquilambre y ha conseguido ascender el Trepalio, parece que poco a poco nos estamos recuperando. Hay gente dedicando tiempo y dinero para reflotar estos equipos y creo que pronto volveremos a estar más arriba.
—¿La gente es igual de intensa y, a veces, agresiva, en el fútbol sala que en el fútbol?
—Somos el hermano pequeño del fútbol, para lo bueno y para lo malo. Quizás no son tan duros los insultos, pero a veces sí pasa. Lo peor, sin duda, es lo que pasa cada fin de semana en las categorías inferiores porque a mí me da un poco más igual, tengo más respaldo. El problema es en el fútbol sala base, sobre todo con los padres. De vez en cuando hay alguna agresión y es cuando se condena, pero después sigue todo igual. Yo entiendo que quieres que tu hijo gane, pero a veces las formas no son correctas.
—¿Por qué crees que la gente va a los campos a desahogarse?
—Eso debe venir implícito con el ser humano. A veces, creen que los árbitros somos robots, no nos ven como una persona más. Creen que los árbitros son entes externos que no sienten, pero no le damos mucha importancia.