Boxeo | Campeonato de España
Aarón Miñambres: “Ser campeón de España en casa y con mi gente es algo increíble”
En casa, con todo el apoyo de su gente. En ese contexto, inmejorable para él, Aarón Miñambres superó de forma contundente los tres combates necesarios para colgarse la medalla de oro y el cinturón que le proclama triunfador del Campeonato de España de Boxeo Élite 2024 en la categoría de 71 kilos. “No pensaba en otra cosa que no fuera ganarlo”, afirmó. Esa autodeterminación fue una de las claves para alcanzar la cima, como cuenta el boxeador al Diario de León.
— ¿Cómo te sientes después de haber ganar el Campeonato de España en tu categoría?
— Muy bien, la verdad que estoy muy contento. Sobre todo por ser aquí en casa, que tuve mucha afición. Por una parte, fue un poco de presión, pero luego la verdad que súper contento. Entrenas con la mirada fija en el campeonato de España y, al final, acabar obteniendo buenos resultados me alegra mucho.
— ¿Cómo viviste desde dentro la pelea de la final, con un primer asalto perdido y después tu crecimiento sobre el ring?
— Soy un boxeador que siempre va menos a más. Me gusta medirme al principio y controlar las distancias, pero la verdad que me vi muy bien desde el principio. Yo no lo hubiese dado todo el asalto para él, pero bueno, totalmente respetable. Después de ese primer asalto, ya cogí el ritmo y el segundo y tercer asalto sin problema.
— ¿Ibas con la idea de ganar el Campeonato, sobre todo, por el hecho de jugarse en casa?
— Mi objetivo era ganarlo, no pensaba en otra cosa. Ya había venido de otro torneo nacional, el de clubes, y también lo gané así que en este venía con la mirada fijada en ser campeón de España.
— ¿Es el título más especial por haber sido en casa?
— Para mí sí. Era una oportunidad única, después de todo el apoyo que me dan en todas las competiciones, que lo pudieran vivir de cerca conmigo fue increíble, lo más especial.
— ¿Cómo valoras el boxeo actual en la ciudad de León?
— Ha crecido un montón. La verdad que tenemos mucha suerte de tener boxeadores profesionales como son Crespo y Antonio Barrul, que están dándole mucha visibilidad al boxeo, llenando pabellones y creando veladas súper chulas. En León tenemos muchos gimnasios y mucha gente practica fuera de competición, algo que me alegra mucho porque cada vez se da a conocer más.
— ¿Ha ayudado a esa visibilidad el haber traído un torneo de cien años de trayectoria aquí?
— Ha sido como un boom que sea aquí en León, que nunca se había hecho. Además, en el palacio de los Deportes, que es un sitio emblemático para el boxeo leonés por Roberto Castañón y toda esa época de boxeadores.
— ¿Hasta que punto es importante un entrenador para un boxeador?
— Desde ahí arriba, se ven las cosas de una forma distinta. Viene bien tener unos ojos fuera que te vayan indicando. Hay veces que estás fallando o haciendo algo bien y no sabes del todo por qué y por eso viene bien alguien que entre asalto y asalto te diga lo que pasa y cómo tienes que hacer para cambiarlo en el siguiente asalto.
— ¿Qué es lo mejor y lo peor del boxeo?
— Lo mejor es ver los resultados después del esfuerzo día a día. Si te sacrificas, acaban saliendo las cosas. Y lo malo es que hay veces que, a pesar del sacrificio, las cosas no salen como uno quiere. Es un deporte muy sacrificado, hay veces que no puedes ir a una simple comida con la familia porque tienes que entrenar o por la dieta.
— ¿Has sufrido alguna lesión grave?
— Nunca he llegado a tener una lesión grave, aunque es verdad que antes de Navidad, en un combate, me fisuré la mano. Hice el combate entero y lo gané, pero cuando llegué al médico me dijeron que me había fisurado un nudillo. Estuve cerca de dos meses parado.
— ¿Cómo ve un boxeador profesional, con la responsabilidad que eso conlleva, la situación tan complicada que vivió Antonio Barrul en el cine?
— Me parece un tema muy, muy complicado. No sabría que decirte. Está muy bien que se le paren los pies a una persona que estaba haciendo lo que estaba haciendo. Me pone un poco triste que en ese cine, que estaba lleno de gente, solo una persona llamara la atención, pero me pone muy contento que fuera Toño el que le dijera que no podía seguir así. Era una persona que había que frenarla.