París enciende la llama de unos Juegos para la historia

Hubo que esperar a los Juegos de la XXXIII Olimpiada para vivir algo así, lo nunca visto en una ceremonia inaugural. Por vez primera, el momento más significativo, el desfile de todos los países participantes, y el más solemne, con los discursos oficiales y el encendido de la llama olímpica, salieron de su hábitat natural, el estadio, para mostrarse a través de la arteria principal de París, el río Sena, a todo el mundo. Fue el concepto de una ciudad vida que se convirtió en elemento principal de un acto que nación en 2018 en Buenos Aires y que la organización de París se encargó de agrandar y mejorar para estar a la altura de lo que merecen unos Juegos Olímpicos donde se ha hecho historia.

Tony Estanguet, responsable de organización de París 2024 y su equipo de trabajo sabían que tenían ante sí un reto mayúsculo. Y todos ellos debieron sentir el vacío bajo sus pies al ver amanecer París bajo una lluvia que por la tarde decidió sumarse al acto y añadir un plus de complejidad a todo lo que supone sacar tamaño despliegue de medios y seguridad a la calle. Pero no había plan B, la suerte estaba echada y se trataba de mostrar al mundo lo trabajado en secreto durante meses y meses.

A las 19.30, un vídeo mostraba a un actor portando la llama olímpica hasta un estadio vacío. En medio de su estupor, Zinedine Zidane convertido en una especie de agente 007 sale a la carrera a través de París sorteando todo tipo de obstáculos para llevar la llama al Sena, el lugar central de esta ceremonia. A partir de ahí, bajo los aplausos de los presentes en el escenario al aire libre del Trocadero, se desarrolló un espectáculo muy bien engrasado, donde el ritmo lo marcaban las actuaciones programadas a orillas del Sena mientras comenzaba el desfile de los barcos.

A las 20.35 llegó el momento de la delegación española. El barco con los representantes de los 382 deportistas que tomarán parte en estos Juegos -no estaban todos porque un grupo importante todavía no ha llegado a París y otros, caso de Maialen Chourraut, compiten este sábado- con Marcus Cooper y Támara Echegoyen, abanderados, navegó por el Sena cuando más llovía, pero dio igual.

La luz del día fue cayendo, era lo que buscaban los organizadores, para que el espectáculo se iluminara con las luces de las orillas y con los proyectores instalados en Trocadero. Los barcos se hicieron esperar, pero el acto fue ganando en emoción a medida que las delegaciones llegaron a la zona de un desembarco pacífico 80 años después del recordado este año en Normandía.

Perec y Riner fueron los encargados de encender el pebetero Los Juegos ya están en marcha.

LA ANTORCHA, DE ZIDANE A NADAL

En un secuencia memorable, historia viva del deporte y del olimpismo, Zinedine Zidane, Rafael Nadal, Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis se pasaron la antorcha olímpica camino del pebetero. La leyenda del fútbol francés apareció en el estadio del Trocadero, y entregó el fuego sagrado del olimpismo a Nadal, que avanzó hacia el río Sena y tomó allí una barca. En ella le esperaban Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis.