Mallorca 1 Real Madrid 1
Los blancos empatan contra los de Arrasate en otra indigesta visita a Son Moix que no logró destrabar el delantero francés, que fue de más a menos
El Mallorca amarga el debut liguero de Mbappé
Fútbol | Primera División
Se quedaron con diez
Tras cinco descorches ligueros con Carlo Ancelotti a los mandos saldados con otras tantas victorias, el Real Madrid pinchó (1-1) en hueso una noche de domingo en la que comenzaba la defensa del título. Un testarazo de Muriqi al inicio de la segunda parte neutralizó la diana que había firmado Rodrygo al poco de comenzar el choque en Son Moix y restó dos puntos al vigente campeón de Liga y reciente triunfador de la Supercopa de Europa, frenado en seco a las primeras de cambio en el indigesto recinto bermellón. El Mallorca, de espíritu más ofensivo con Jagoba Arrasate que el que dirigía Javier Aguirre pero con el mismo carácter correoso que impregnaba sus duelos en tiempos del mexicano, volvió a atragantársele a la tropa de Carlo Ancelotti en el estreno en Liga de Kylian Mbappé, de menos a más pero sin pólvora al fin y al cabo en su primera toma de contacto con un campeonato que siempre concede espacio para este tipo de sorpresas.
Un disparo de Samú Costa que exigió una mano soberbia de Courtois abrió las hostilidades tras una impetuosa puesta en escena del cuadro bermellón que el Real Madrid rebajó pronto. Trenzaron Mbappé y Bellingham por banda izquierda, rebañó Vinicius la bola que trataba de despejar la retaguardia local y la recogió tras un exquisito taconazo del fluminense Rodrygo para hacerse hueco, levantar el periscopio y enjaular el esférico dándole mucha rosca a un golpeo con la derecha. El paulista, autor el año pasado del primer gol en Liga de un Real Madrid que acabó proclamándose campeón, bautizaba también el descorche de los blancos en su objetivo de revalidar el título.
El tanto visitante desató a Vinicius, enardecido de nuevo en medio de los silbidos que volvía a dedicarle las repletas gradas de Son Moix, con muchos VIPs presentes entre la marea roja. Su sociedad con Mbappé promete. Cuando uno se recuesta en la banda, el otro se va al centro, y viceversa. Sus movimientos engatusan y desconciertan a los zagueros. El dolor de muelas lo sintió especialmente Maffeo, enemigo recurrente del ‘7’. El internacional con Argentina hace suyo aquel celebérrimo tema que Sergio Dalma llevó a Eurovisión. ‘Bailar de lejos no es bailar’, piensa en cuanto avista al brasileño. Con Mbappé doblando el trabajo de vigilancia del lateral diestro, la danza adquiere un ritmo aún más diabólico. Si Greif no llega a rozar el cuero cuando el ‘9’ ya había alzado el vuelo, el Real Madrid bien podría haber elevado la renta antes del descanso tras una colección de pases en el área que emuló los mejores tiempos de los Golden State Warriors. Con todo, pudo igualar el Mallorca antes del intermedio, pero Courtois cerró el paso, primero a Asano y después a Muriqi, en una de las escasas razias terrestres de un bloque encomendado preferentemente a su escuadrón aéreo.
Muriqi acaba con la racha de Courtois No tuvo impacto el bombardeo local en el primer tiempo, pero sí al inicio del segundo, cuando Muriqi se valió de un córner servido por Dani Rodríguez para estampar un cabezazo imponente aprovechando la indecisión en la marca de Rüdiger y de Bellingham. El kosovar detenía así en 607 la racha de imbatibilidad que acumulaba Courtois desde que el cancerbero regresó a los terrenos de juego en la recta final de la campaña anterior. El Madrid intentó ganar e incluso pudo perder. Debut gris de los blancos.