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León

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Si la Cultural ganó al Arenteiro en Espiñedo fue por un gran trabajo colectivo, una defensa impenetrable, la importancia del balón parado, una buena dosis de suerte y una excelente actuación del centro de la defensa, sobre todo de Satrústegui, el mariscal de la zaga culturalista. Un acierto de la dirección deportiva del club leonés, al igual que en los casos de los delanteros Manu Justo y Antón Escobar, que de momento en las dos primeras jornadas anotan y gracias a sus dos goles, uno cada uno, además del marcado por Barri, hay pleno de seis puntos para liderar el Grupo I de Primera Federación.

Reconocer lo hecho en las dos jornadas iniciales no debe esconder otros movimientos de mercado horrorosos en la gestión por parte de Manzanera. Ahí está en su debe, por poner un simple ejemplo, la salida gratuita del portero Salvi al Tarazona y por la cara, cuando una semana antes de irse el director deportivo de la Cultural se refirió al pago de su cláusula como único modo para abandonar el club. Manzanera tuvo el atrevimiento de expresar como gran gestión que Salvi había perdonado el sueldo que le restaba por cobrar hasta este pasado mes de junio. Pues era lo que faltaba.

La cláusula de rescisión a la que siempre se remitió Manzanera se la pasó por el arco del triunfo, porque había afirmado el propio Manzanera cinco días antes de permitir la marcha gratis de Salvi al Tarazona que todo lo que fuera dejarle irse por debajo de la cantidad millonaria, según el propio club, que fijaba su cláusula supondría la enésima derrota en los despachos del equipo leonés. Y lo fue, porque a continuación fichó por su actual equipo, el Tenerife de Segunda División.

Y lo mismo ha sucedido con Dorian, un delantero al que se dijo desde el club que se le iba a sacar millones de euros con su traspaso. Más de lo mismo con el lateral Álvaro Martínez, que ningún club ni siquiera ha valorado la posibilidad de pagar su cláusula, pese al interés del Levante, al que ha venido a ver en directo al Reino de León y también fuera el astorgano Felipe Miñambres, jefe de la dirección deportiva levantina. Y ya por poner otro ejemplo más de la dudosa gestión deportivo-económica de Manzanera en la dirección deportiva ha sido la renovación de Rodri Suárez de un año más, hasta 2027, porque decía su agente que se lo rifaban equipos de Segunda División y ahora mismo no juega en la Cultural, tras firmarle una mejora salarial, fantástico para el canterano leonés.

El autobombo de Manzanera en su explicación y valoración del mercado para la Cultural tiene un expediente plagado de debes, más que de medallas. Al menos de momento. Hay un detalle que no debe olvidar, por aquello del ridículo, cuando tal día como hoy, pero a la conclusión del mercado de invierno de fichajes en 2023, aseguró que no habría ningún movimiento más... Y al día siguiente a primera hora de la mañana desembarcó de la estación de trenes de León un tal Andy Kawaya, como también adelantó y anunció Diario de León, tres horas después de que Manzanera cerrase a viva voz en rueda de prensa la posibilidad de fichar fuera de mercado.

El autobombo cuando sólo se llevan jugadas dos jornadas de Liga sobra. Vanagloriarse a sí mismo se puede medio aceptar cuando se logre el ascenso a Segunda División, que es lo que quiere todo León y una afición en muchos casos harta de sus dirigentes y embajadores inmortales, que están más pendientes del circo que de hacer bien su trabajo.