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Baloncesto

Pete Carril, el ‘leonés’ de Princeton

El entrenador de raíces riañesas tiene su mausoleo deportivo en la universidad norteamericana a la que llevó a ser un referente

Fallecido en 2022, en la NBA algunos equipos aún utilizan su famoso ‘método’

Pete Carril en su etapa como entrenador de Princeton donde estuvo casi tres décadas. TWITTER

León

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Pete Carril o Pedro Carril como gustaba que lo llamaran. Un entrenador que ha dejado huella en el baloncesto norteamericano, la meca de este deporte. Y con sangre leonesa en sus venas. La de su padre al que siempre admiró y que le hizo amar a pesar de la distancia y de que no fue hasta ya adulto y con unos cuantos años en su DNI pisó por vez primera vez. Riaño y en especial el pueblo de Las Salas estuvieron siempre en el corazón de este técnico que puede presumir de ser toda una institución, incluso después de su muerte fechada hace poco más de dos años.

Su ‘ataque Princeton’ ha sido santo y seña para algunos de los mejores equipos de la NBA como los Lakers y también de la Uiversidad de Princeton a la que llevó a las más altas cotas durante sus casi tres décadas como entrenador.

Integrante del Salón de la Fama de la NBA, Pete ‘Pedro’ Carril tiene su mausoleo deportivo en pleno campus de Princeton donde el pabellón que alberga los partidos del equipo de baloncesto lleva su nombre. Un reconocimiento a un entrenador considerado como uno de los encargados de dar otro aire a este deporte, de aplicar una visión más técnica y a la vez vertiginosa. Desde Princeton donde siguen recordándolo hasta en la NBA donde algunas de las franquicias más poderosas a nivel deportivo y candidatas a luchar por el anillo como los Golde State Warriors de Steve Kerr y Curry siguen plasmando en sus pizarras ese estilo en el que los jugadores exteriores y el rápido movimiento de balón adquieren unos tintes sobresalientes para minimizar los recursos defensivos del rival a la hora de defender.

La defensa fue otro pilar importante en un estilo de juego cincelado con ese carácter heredado de su padre y de la tierra que vio nacer inculcado día tras día a unos miles de kilómetros de Las Salas, población en plena Montaña Oriental leonesa que llegó a visitar toda una institución en el baloncesto que siguió al pie del cañón tras dejar los banquillos como analista deportivo. Y con una visión del baloncesto que mantuvo hasta sus últimos días. Incluso con el paso del tiempo se le sigue recordando hasta el punto de que la universidad a la que situó en un papel destacado no se olvida de situarlo en el primer plano, tanto con un pabellón que lleva su nombre como en los reconocimientos anuales. También la NBA en la que dejó su sabiduría durante bastantes temporadas.

Referirse a Pete Carril en Estados Unidos, y más concretamente en el deporte de la canasta, es hacerlo del considerado como padre del baloncesto moderno. Su ‘Ataque Princeton’, estilo de juego que han ‘copiado’ franquicias como los Lakers, Sacramento Kings y San Antonio Spurs, sigue aún practicándose como un sistema de juego ante el equipo rival en el que la versatilidad es un factor determinante.

Carril llevó a lo más alto de Princeton con esa forma de jugar que tuvo en los Kings de la NBA a la mejor traslación. La de un estilo que consta de cuatro jugadores en el perímetro, y sólo un interior. La circulación rápida y constante de balón creando espacios que deben aprovechar los jugadores, la ocupación coherente de los espacios y la rotación de los exteriores constituyen los ejes de un sistema de juego que también hace uso de los bloqueos indirectos. Tanto Princeton como los Kings sacaron en su día lustre a esa forma de concebir el juego. Y también un buen número de equipos en los que Pete, de manera indirecta, dejó su impronta. Un sistema que no tiene a día de hoy caducidad.

Pete Carril siempre lució orgulloso su apellido paterno y nunca se olvidó de que sus raíces estaban en León, concretamente en Riaño y en la localidad de Las Salas, de donde era originario su progenitor. Pete, al que le gustaba que lo llamaran Pedro, no quiso perder nunca esas señas de identidad que incluso en su día le llevaron a viajar a España para conocer la tierras de aquellos que le dieron la vida y la educación.

Esa sangre leonesa que llevaba en sus venas ha servido para que su visión del baloncesto se asemeje más a la que luce este deporte en Europa donde la versatilidad e imaginación ocupan un papel especial capaz de diluir el juego de músculo que tanto impera en la NBA.

«Mi padre es de Riaño, un pueblo que por desgracia ahora está bajo un pantano y que hace un tiempo visité», recordaba Pete Carril, uno de los técnicos universitarios con mayor prestigio, en uno de sus viajes a España. «Mi madre era de Salamanca. Ambos se conocieron trabajando en Bilbao en una fábrica de hierro y se fueron a vivir a Estados Unidos. Allí crecimos en una comunidad de unos cien españoles. Eran trabajadores duros. Yo aprendí a hablar español hasta el punto de que cuando fuimos a la escuela ni yo ni mi hermana sabíamos inglés. Mi padre nunca quiso que la cultura americana le asimilase. Se consideraba español y por eso le admiré», apuntaba Carril a Diario de León en el año 2012, poco después de dejar los banquillos.

Apasionado del juego que se realiza en Europa y en especial de España, sentía predilección por dos jugadores, Gasol y Ricky Rubio. Curtido en mil batallas y en una Guerra Mundial, su carácter afable se extendía a su faceta como técnico. «Un entrenador debe ser como un padre y a la vez como un profesor», precisaba.

Leonés de corazón. Pete Carril nació en Estados Unidos hijo de emigrantes. Su padre era originario de Las Salas y así se lo inculcó a su hijo hasta el punto de que ya adulto y consagrado como un entrenador de primer nivel viajaba a la tierra de sus antepasados. A la que volvió a disfrutar varias veces más tarde.

Ataque Princeton. Uno de sus métodos y forma de concebir el juego le dio fama y también sirvió para que algunos de los equipos destacados de la NBA aplicaran sus conceptos al juego.