Dominio y control del juego
Todo hacía presagiar un partido de gran riqueza táctica y no defraudó. Ambos equipos tienen modelos y estilos de juego muy marcados y, a su vez, diferenciados entre sí. La Cultural se encuentra más cómoda en partidos de ritmo de juego medio, con la idea de mantener el control. Por su parte, Unionistas encuentra su mayor virtud en el juego con ritmo muy alto, utilizando la presión arriba y forzando al rival a numerosas acciones de disputas y duelos en espacios reducidos. Todo ello en casa es aún más marcado.
El partido comenzó con la Cultural consiguiendo llevar dicho ritmo del juego. Barri generó superioridades en salida de balón en los espacios interiores entre central y lateral. Álvaro encontró de nuevo su mejor versión en esas situaciones en las que Chacón se iba hacia dentro en las ya habituales salidas de balón de tres asimétricas. Además Calderón estuvo a un gran nivel, no sólo a la hora de ganar acciones exteriores sino también en conducciones interiores, como en la acción del 1-0, en la que después de una buena circulación de izquierda a derecha encontró la ruptura de Chacón hacia el área, que realizó una asistencia sublime de tacón para el gol de Barri.
El conjunto leonés también dominó el uso de las transiciones ofensivas tras robo, y Manu Justo a punto estuvo de anotar antes del descanso, en una gran incorporación de Víctor en este tipo de acción.
En la segunda parte, Unionistas entró con la idea de presionar más alto y Ramadán ganó altura. Con ello, los salmantinos mejoraron sin balón. Aún así, los leoneses no sufrieron y cuando más llegaban los salmantinos a través de balones directos y acciones a balón parado, Luis Chacón encontró una recepción de balón en espacios interiores que aprovechó para encontrar la llegada de Álvaro sobre el espacio, en la zona izquierda, y éste puso un centro por abajo fantástico para el buen remate de primeras de Artola a gol.
Sin duda asistimos al partido más completo de los leoneses.