Abanca Ademar 33 BM Cuenca 32 Rodrigo Pérez tira de galones para desatascar a un equipo leonés que sufrió un cortocircuito al final que por poco le costó la victoria
Final de infarto y triunfo del Ademar
Difícil de explicar cómo un partido que el Abanca Ademar tenía controlado y, casi sentenciado al descanso, se complicó hasta el punto de que Cuenca tuvo un último ataque para empatar (33-32). Quizá el exceso de confianza y un bajón físico entendible por la maratón de encuentros en la que viven inmersos los leoneses sean parte de la respuesta. Pero el cara o cruz en lo que se convirtió el duelo en los minutos finales estropeó la buena imagen mostrada antes. Rodrigo Pérez se vistió esta vez sí de gran capitán para salvar los muebles en un momento donde nadie más de los jugadores tenía clarividencia.
El equipo leonés comenzó el partido espeso, con un Cuenca muy bien plantado en defensa que frenó en seco todo intento por romper líneas. Seis minutos tardaron los de Gordo en inaugurar el marcador. Miñambres tuvo de nuevo la oportunidad como titular, pero el mal inicio le relegó al banquillo por Adri Fernández. Y el central le dio esa marcha más que necesitaba Ademar pasando, ya con él al mando de la dirección de juego, del 0-3 al 5-5 en el diez de encuentro.
El cuadro marista sufría para cerrar las acometidas de los de Lidio Jiménez por el centro, que encontraron una mina de oro forzando continuos tiros desde los siete metros. Eso sí, el tercero lo detuvo Álvaro Pérez y el posterior ataque, bien elaborado por Ademar, lo convirtió Lindqvist en el 7-5. Los de Gordo ahora sí estaban despiertos. Los colegiados, algo exhaustivos a la hora de señalar penas máximas, sacaron de quicio al entrenador local, que veía amarilla por protestar. Perbela aprovechó el río revuelto para acortar distancias con un latigazo desde los ocho metros, pero los ademaristas eran otros, mostrando intensidad y paciencia para abrir grietas en la cada vez menos compacta defensa conquense (12-7, minuto 19).
La portería también empezó a marcar la diferencia. Saeid ya es todo un seguro de vida con regularidad, el debe que tanto le reclamaba su entrenador, y por contra, Tonicher llevaba un porcentaje realmente bajo. Y arriba, la movilidad de Darío y Carlitos ‘Hispano’ Álvarez rubricaron el apagón mental del BM Cuenca (15-8, minuto 25). La versión de este Ademar comenzaba a parecerse al equipo que el curso pasado dejaba sus choques vistos para sentencia en el primer acto. Marwan continúa con su progresión y Benites está cada vez más integrado en el pivote. Neves volvió a castigar con el tiro exterior y Gordo pedía tiempo muerto en el 29 para preparar una última jugada que no terminó en gol. 16-11 al descanso con un mini cortocircuito del Ademar en el tramo final, aunque una meritoria reacción al titubeante arranque de partido.
Cuenca no encontraba ni el ritmo necesario ni la forma de superar la primera línea leonesa. A poco que apretara el Ademar los dos puntos parecían más que asegurados. Nadie auguraba el giro de guion. Las variantes de Gordo atrás ayudaron a que cada intentona por marcar del rival fuese complicada. Ataques largos y a correr, una receta que los ademaristas aplican como pocos (20-14, minuto 37).
Más allá de los tiros de larga distancia, Cuenca se había desintegrado fruto del plan de partido leonés. Increíble la personalidad que empieza a mostrar este equipo al que ahora sí empiezan a sumársele piezas llamadas a ser importantes como Lindqvist. Bien el sueco en ambas áreas. Al paso por el ecuador del segundo tiempo el partido entró en una vorágine de errores por ambos bandos que no benefició en nada a un Ademar cansado que pedía a gritos rotaciones (25-21, minuto 46). Ojo porque lo que parecía hecho se podía complicar. Un preocupante +3 de Cuenca obligó a Dani Gordo a parar el choque. Los suyos necesitaban reencontrarse cuanto antes con su juego. Rodrigo y Wasiak, a pista. El capitán forzaba un penalti y el 7 lo convertía.
Sufrimiento final. El físico ademarista estaba bajo mínimos y Cuenca se puso a dos a base de contras. Rodrigo Pérez, esta vez sí, tiró de galones para reactivar al Ademar en un momento verdaderamente complejo donde la victoria peligraba. Dos arreones suyos colocaron la renta en +4 a ocho de la conclusión.
Qué locura de final
Cuenca era quien tenía claridad de ideas ahora. Ademar no defendía nada. Y un ataque que terminó en pasivo dio la posibilidad a los visitantes de ponerse uno abajo (32-31, minuto 28). Quince segundos, Ademar gana de uno y Gordo dibuja la última jugada. El Palacio aprieta. Pierde el balón a falta de cinco segundos y último tiro de Cuenca para empatar. Paró Saeid.