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El Ademar vive un calvario ante el GOG danés (36-23)

Los daneses someten al equipo leonés con un ritmo de juego infernal que solo pudieron aguantar en el tramo inicial de la primera parte del duelo

El Ademar poco pudo hacer ante el GOGLOF

León

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Un calvario. Eso es lo que vivió el Abanca Ademar ante el GOG en su visita más complicada de esta fase de grupos (36-23). La diferencia entre ambos clubes era patente, pero el encuentro se antojó insoportablemente largo para el conjunto leonés, que dio la cara hasta que le aguantaron las piernas. Ninguna de las armas habituales funcionó con cierta regularidad y el ritmo al que juegan unos y otros es abismal. Así, poco se puede hacer. Un mal trago que debían pasar —queda la vuelta en el Palacio— donde, eso sí, Gordo aprovechó para seguir rotando.

Estaba claro que el ritmo de partido impuesto por los daneses iba a ser infernal. La duda era hasta cuándo podrían aguantar los pupilos de Dani Gordo, que antes del tramo final de la primera parte se mantenían a tres o cuatro goles de distancia como máximo. Fue desde el minuto 20 en adelante cuando el GOG se puso serio en defensa, castigando al Ademar con una velocidad intratable a la contra. Los extremos no perdonaron una sola ocasión para tristeza de un Álvaro Pérez que apenas detuvo un par de disparos. La portería también empezó a pesar y la brecha se fue al 20-11 antes del paso por vestuarios.

A pesar de todo, los ademaristas reaccionaron al arreón inicial del GOG con Adri Fernández a los mandos y buenos minutos de Rozada, Carlos y Edu Fernández. Pero la diferencia de velocidad en el juego era imposible de contrarrestar. Algo muy similar a lo que ocurre cuando se miden al Barcelona. Como ya dijo Gordo en la previa, se enfrentaban a un equipo que bien podría estar disputando la Liga de Campeones.

El técnico local solicitó tiempo muerto, apretó las tuercas a sus jugadores y estos respondieron en una versión demoledora con un parcial de 7-0, sin permitirse una sola licencia ni en defensa ni en ataque para doblar a los leoneses en el marcador.

Lo que hubieran deseado evitar los leoneses fue la segunda parte. Allí el cansancio acumulado de tantos partidos, la desmotivación propia del que se sabe muy inferior y la enorme diferencia de profundidad de banquillo convirtieron en duelo en un corre calles donde el GOG castigó sin piedad.

La reanudación permitió a los nórdicos dar una vuelta más de tuerca sin bajar un ápice su rendimiento, con Tilsted martilleando en los primeros minutos, encontrando como única respuesta esporádica a Edu Fernández para disparar las diferencias hasta los trece goles (28-15), lo que hizo al técnico local mover su banquillo sin que eso se tradujera en una reducción de la renta. Pero poco más se pudo hacer.