Caza
Caza menor con claros y nubes
La temporada levanta el domingo 27 el telón con la perdiz mejorando las perspectivas de los últimos años
La liebre sigue casi desaparecida y la paloma torcaz apunta a números notables
La temporada de caza menor levanta el próximo domingo 27 de octubre el telón. Lo hace con perspectivas bastante diferenciadas para parte de sus protagonistas. En positivo para la perdiz y la paloma torcaz y en negativo, más bien suspenso, cuando se refiere a la liebre. Su ‘hermano’ el conejo tampoco atraviesa sus mejores años aunque se ‘salva’ de la quema.
Después de una media veda que sirvió como termómetro para lo que iba a venir en los tres meses de desarrollo de la caza menor, ahora llega el momento de la verdad para una campaña que se extenderá hasta el cuarto domingo de enero (26) y que compartirá también escenario con la caza mayor.
Las previsiones deben cumplirse sobre el terreno pero salvo cambio radical, algo improbable, a la hora de referirse a las protagonistas de la caza menor y en cuanto a nota positiva hay que hacer mención a la perdiz. Como su prima la codorniz que también se mostró en cifras positivas en la media veda, en este caso refiriéndose a la codorniz se puede apuntar a una temporada que debe discurrir mejor que las últimas. Bien es cierto que no es para lanzar las campanas al vuelo pero por el nivel de reproducción y presencia su número ha aumentado para alegría de los cazadores. Unos brotes verdes que ojalá puedan consolidarse a lo largo de los próximos ejercicios para que este ave pueda tener una destacada presencia. La que tuvo en su día y después de unos años adversos parecía que había perdido. Eso sí, también hay que apuntar la diversidad del territorio provincial y por ello la uniformidad no va a ser posible con zonas en las que su presencia sea destacada o al menos para contar con el aprobado y otras en las que ocurrirá todo lo contrario. Luego será preciso hacer la ‘nota media’.
En el apartado negativo de la balanza aparece la liebre. Era algo esperado aunque no por ello supone cierta inquietud. Los últimos años no han sido buenos para su cría y reproducción. Todo lo contrario. Enfermedades como la misomatosis han diezmado su población aunque ese no parece ser eñ único factor que ha llevado a que esta campaña tampoco puedan verse los ejemplares aceptables en cuanto a número.
Su ‘hermano’ el conejo, aunque tampoco atraviesa en cuanto a índice poblacional por uno de sus mejores años, al menos presenta un panorama más aceptable. Superando el aprobado pero teniendo en cuenta también una menor densidad poblacional y una presencia también diferencial entre unas zonas y otras de la provincia leonesa.
Una actora secundaria pero cada vez con una presencia más relevante es la paloma torcaz. Tanto la local como la procedente de otros puntos de la geografía nacional tienen una elevada presencia. Y eso al menos puede contribuir para que el cazador, como mal menor, pueda llevar a sus perchas algún ejemplar si los de perdiz, conejo o liebre no son posibles. O se le resisten.
20.000 cazadores
Fechas. La temporada de caza menor levanta el telón el domingo 27 de octubre (cuarto domingo del mes) y lo bajará ya en 2025, en este caso el cuarto domingo también de mes, el 26 de enero.
Cazadores. En la provincia de León existen cerca de 20.000. De ellos algo más de 3.200 federados. Y en cuanto a cotos la cifra redondeada alcanza el millar.
Días hábiles. Los jueves, sábados, domingos y festivos a nivel autonómico y nacional. En el caso de la paloma torcaz no existe límite de días.
Perdiz. No es para lanzar las campanas al vuelo ya que ha habido años mucho mejores, pero por el nivel de reproducción y presencia su número ha aumentado y eso supone una noticia positiva.
Liebre. Es la otra cara de la moneda. en los últimos años su presencia ha ido decreciendo por diferentes factores, entre ellos también el sanitario con la misomatosis como gran amenaza.
Conejo y paloma torcaz. En el primer de los casos todo apunta a un aprobado alto. En el segundo al notable.