Europa espanta a la afición del Ademar

Una buena parte de los socios y aficionados del Abanca Ademar le están dando la espalda a la Liga Europea de Balonmano. Después de tres temporadas sin que el conjunto leonés disputase la segunda máxima competición continental, la directiva logró en los despachos una invitación que entendieron como gran aliciente para enganchar a más público esta 2024-25. La previa para entrar en la fase de grupos —donde los de Dani Gordo protagonizaron una gran remontada ante Braga— congregó a 3.753 personas en el Palacio de Deportes. Una cifra que hacía años no se veía en la capital y un indicador claro de que el balonmano de élite quizá interesase más de lo que la moribunda Liga Asobal podía hacer pensar a muchos.

Sin embargo, la cruda realidad empezó a extenderse por la directiva que preside Cayetano Franco después del triunfo contra el Gorenje del pasado mes de octubre. En ese partido —y siempre con los datos oficiales que facilita el propio Ademar— fueron 2.238 las ‘almas’ que se animaron a poblar las gradas del pabellón municipal. Es decir, 1.515 espectadores menos que frente a los portugueses. Días después, en un desayuno informativo con los medios, el propio máximo mandatario de la entidad se mostró «defraudado» con la «pobre respuesta». Pero, visto lo visto, la deserción aún no había llegado a su fin.

El pasado martes 29 de octubre, el Ademar se medía al GOG en el segundo encuentro como local de la fase regular. Mismo día de la semana y sí, misma hora —las 20.45— pero diferente cifra de asistentes. En este caso, el club comunicó 1.359 espectadores, lo que supone 2.394 menos con respecto al día del Braga. La imagen era desoladora y eso que los que sí acudieron se dejaron la piel por animar a los suyos.

Nadie dentro del club entiende muy bien el porqué de la pobre respuesta y más cuando aún existen opciones matemáticas de que el equipo se clasifique a la siguiente ronda. En la pasada asamblea general, los socios aprobaron un bono extra de 20 euros —para los tres partidos europeos en casa— que, por lo visto, no ha sentado bien en algunos sectores. Un aumento que Franco justificó para ayudar a paliar los gastos que conlleva el retorno a Europa. Para los no socios, cada entrada cuesta 30 euros.

Tampoco el horario termina de convencer. Malo entre semana para acudir con niños en edad escolar. «Si queremos que el Ademar continúe en la élite todos tenemos que poner de nuestra parte», repite como un mantra Tano Franco. El club ha hecho un esfuerzo importante por entrar en Europa, una parte de socios y aficionados también. «¿Dónde están el resto?», se preguntan en la cúpula.