Vicelíder por encima de los palos

Las sucias acciones de Alfaro y Navarro empañaron un partido que hasta entonces había sido muy deportivo, pero que cambió en la reanudación después de que el Madrid fuese ganando por 2-0 habiendo dado un repaso a los andaluces desde el primer gol. La gran diferencia entre uno y otro equipo se puso de manifiesto desde que Raúl abrió el marcador en la primera ocasión que tuvieron los blancos. Hasta entonces el Sevilla había dado una buena imagen, con toque, velocidad y peligro por las bandas, pero llegó el gol de Raúl, con la colaboración de Notario, que salió a destiempo, y ahí se acabó el equipo andaluz y creció el madrileño. Desde ese momento, el Madrid fue haciéndose cada vez más fuerte, con continuas recuperaciones de balón y rápidas combinaciones sin apenas fallos, y muchos detalles de calidad, aparte de la impresionante presión que ejerció el equipo de Del Bosque en el primer tiempo y que anuló ofensivamente a los visitantes. Dos minutos después de 1-0 Notario sacó una mano milagrosa a una vaselina de Raúl, y aunque el Madrid no tuvo entonces demasiada profundidad, su presión, su orden defensivo y su tremenda clase se hizo mucho más patente. Cuando el Sevilla recuperaba, el Madrid replegaba sus líneas rápidamente y entonces buscaba con rapidez los lanzamientos arriba a Raúl, Ronaldo, o a Zidane, que participó en casi todas las ofensivas madridistas y aunque no estuvo muy afortunado con su sola presencia inspiraba temor al Sevilla. En una de esas acciones Ronaldo disparó cruzado ante Notario y el rechace del portero no lo desperdició Zidane, que se encontraba solo para poner el 3-0. El Sevilla siguió luchando hasta el final por el gol del honor.