Diario de León

Tras varios años de pesca sin muerte vuelve al régimen tradicional un tramo singular del Valcarce

Pereje, un coto recuperado

Situado en el río Valcarce, muy próximo a Galicia, el acotado de Pereje era, antes de la construcción de la Autovía N VI, uno de los tramos más bel

El Valcarce en Trabadelo y en Pereje (arriba) donde se aprecian las escombreras de la autovía

El Valcarce en Trabadelo y en Pereje (arriba) donde se aprecian las escombreras de la autovía

Publicado por
P. Vizcay - LEÓN.
León

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El acotado de Pereje vuelve en la temporada 2.003, tras varios años de pesca sin muerte, al régimen tradicional. Este tramo del río Valcarce de 6,5 kilómetros de longitud, está situado en el extremo occidental de la provincia entre los pueblos de Trabadelo y Pereje. El río, de corrientes cristalinas y profundas pozas, discurre por un estrecho valle en el punto donde el Camino de Santiago comienza la ascensión al puerto del Cebreiro, que dibuja el límite de León con Galicia. Precisamente esta situación de paso obligado por el valle en los accesos a la comunidad gallega ha supuesto a lo largo de los últimos años un importante problema para el acotado. Fueron primero las obras de la carretera N VI, paralela al río, las que rompieron el paisaje y cubrieron de puentes y muros las riberas. Posteriormente la autovía de Galicia supuso enormes movimientos de tierras que deforestaron las márgenes y ensuciaron fondos y orillas de forma casi irrecuperable. Durante los más de tres años que duraron las obras de la Autovía las aguas discurrieron de lunes a viernes sucias y embarradas, lo que provocó reiteradas quejas de los pescadores. Las escombreras y vertidos destrozaron el cauce y perjudicaron a las poblaciones trucheras hasta el punto que la Consejería de Medio Ambiente determinó dejar todo el Valcarce, desde su confluencia con el Burbia en Villafranca del Bierzo, como zona de pesca sin muerte. La medida, que podría haber sido beneficiosa, ha tenido un efecto adverso para las truchas autóctonas como ha sido el enorme incremento en las poblaciones de truchas arcoiris. En efecto, aguas arriba del Coto existe una piscifactoría que, debido a su baja cota, se ve afectada por las crecidas con cierta frecuencia. Las truchas que se escapan derivan aguas abajo y encuentran un habitat ideal en los pozos y en las tablas, desplazando a las truchas comunes. El problema se minimiza con la pesca tradicional, ya que la mayoría de arcoiris, mucho más voraces, son eliminadas en las jornadas que siguen a la apertura. Sin embargo, con el método de captura y suelta, deben ser devueltas al agua. En la actualidad la población de arcoiris prácticamente iguala a la de truchas comunes. El acceso al acotado de Pereje es muy sencillo ya que todo el tramo coincide con el trazado de la antigua carretera N-VI. El inicio del Coto se sitúa aguas abajo del pueblo de Pereje y el límite superior en Trabadelo. El cauce, de anchura media de diez metros, presenta una morfología en la que predominan las corrientes con algunas pozas y tabladas que, en la terminología berciana, se denominan badas. Apenas tiene cascajares y en muchas zonas el bosque de ribera cubre total o parcialmente la lámina del agua, lo que dificulta la pesca con cola de rata. Son aguas ideales para la pesca a lance ligero, especialmente a cucharilla utilizando la técnica de ballesta. Las truchas son peculiares, de un color grisáceo con puntos rojos muy vivos, más oscuros los machos que pueden presentar grandes manchas negras. El tamaño medio oscila entre los 22 y los treinta centímetros, aunque el pescador puede verse sorprendido por magníficos ejemplares superiores al kilo de peso. La pesca resulta emocionante por la fuerza y valentía de estas truchas. El pescador de mosca tiene a su favor que las «pintonas» se mueven durante mucho tiempo y toman muy bien el señuelo. La dificultad está en lo enmarañado del cauce y en la transparencia de las aguas. Hay lugares excepcionales para la pesca con cola de rata: el puerto de Pereje, aguas arriba del puente que se ubica en este pueblo. Se trata de una tabla muy larga, con pequeñas corrientes, que se vadea en su totalidad y que finaliza en un gran pozo con magníficos ejemplares de trucha común. La otra zona recomendada es la tabla del restaurante Nova Ruta, en Trabadelo. Debido a que en esta zona y a simple vista pueden apreciarse magníficas truchas, es quizá la más pescada. La mejor época para la pesca con mosca oscila desde mediados de mayo hasta finales de junio. En el mes de julio son espectaculares los serenos del amanecer y del atardecer, pero durante el día las truchas pierden actividad y es preciso buscarlas en las sombras. Los tricópteros en las corrientes y las efémeras muy pequeñas en las badas dan los mejores resultados. Para pescar al sereno las hormigas y el cascudo junto con las saltonas son las moscas de mayor eficacia.

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