Iniesta, el crack del mercado de invierno

Los Reyes Magos le han traído al Barcelona el crack por el que suspiraban directiva, técnicos y afición en la figura del canterano Iniesta, en boca de todos tras su debut en el Camp Nou y fichaje de invierno que contenta a todos los sectores del club. La junta está satisfecha, porque el precio de la incorporación se adecúa a la perfección a sus premisas: coste cero y capacidad de ilusionar a la grada. El fichaje también es del agrado de Van Gaal, quien se podrá atribuir su descubrimiento y disfrutar a su vez de un mediopunta que se adapta mucho mejor a sus parámetros de juego que Riquelme, capricho de dirigentes interesados en darle una alegría a los seguidores, pero nunca prioridad del técnico holandés. Y los aficionados, el último eslabón de esta cadena, también manifestaron en su púlpito, el Camp Nou, su satisfacción con el nuevo crack azulgrana, que cumple requisitos tan importantes como ser de casa y luchar en cada acción por los colores que defiende. Pero es que el jugador puso todo lo que estaba en su manos para contentar a unos y a otros, con un fútbol de alta escuela que respondió a todas las expectativas que habían generado los entendidos en la cantera azulgrana. Van Gaal se acogió a la clase europea de Iniesta cuando su continuidad en el banquillo dependía de un resultado. Salvador de Van Gaal Era el último partido del año y la figura de Bianchi se apuntaba como la del entrenador que iniciaría 2003 al frente del Barça. Un tropiezo en Mallorca era la llave para la llegada de Bianchi y Van Gaal decidió confiar en aquellos jugadores capaces de interpretar mejor su fútbol. Iniesta sentó a Riquelme, la estrella azulgrana de esta temporada. El Barça ganó 0-4 aquel partido y Van Gaal no dudó en darle continuidad. Iniesta respondió de nuevo a la confianza del holandés y el equipo puso los cimientos de su recuperación con un segundo triunfo, esta vez ante el Recreativo de Huelva.