El árbitro dejó helados a todos

Por unas u otras razones, los colegiados gallegos siempre levantan polémica en sus visitas a Ponferrada, incluso, cuando el partido no llega a celebrarse, como ocurrió ayer. Y es que a pesar de la franja helada que se extendía de córner a córner en el fondo sur del estadio, daba la impresión de que el encuentro podía haberse celebrado sin contratiempos. De hecho, hace un año se disputó un partido en el mismo escenario, con Ponferradina y Alavés B como protagonistas, en el que el campo estaba aún peor de lo que estaba ayer, ya que el encuentro se celebró a las 19 horas del viernes 14 de diciembre ya que era televisado en directo. Por eso ayer, cuando los aficionados iban llegando al campo y veían al trío arbitral, técnicos, directivos y jugadores, examinando la zona afectada, nadie podía sospechar que la suspensión se llevara a efecto, pero el árbitro gallego Bastos Martínez, tomó esa determinación después de salir un par de veces a comprobar si mejoraba el estado del césped. Eso motivó una gran bronca de los aproximadamente 2.500 espectadores que se habían dado cita en el campo, que acabaron «disparando» también contra el conjunto asturiano por entender que alguno de sus componentes influyó en el colegiado para la suspensión. Bastos Martínez ordenó al delegado de la Deportiva que se pusiera en funcionamiento el riego automático en esa zona, pero todo fue en vano. El césped se ablandó en la superficie, pero el agua no surtió efecto en el terreno situado debajo de la hierba, que continuaba totalmente helado impidiendo que los tacos de los jugadores se clavaran en el mismo. El primero en solicitar la presencia arbitral en el terreno de juego fue el guardameta del Langreo Noguerol, quien había salido a calentar en esa zona y comprobó que así iba a ser difícil mantenerse en pie en los aledaños de su portería. El árbitro asistió a la zona, ya con las botas puestas, y coincidió con el meta asturiano en que no era posible celebrar el partido en esas condiciones. Parece que otros jugadores visitantes le insistieron al colegiado para que suspendiera el partido. No es sencillo encontrar una explicación lógica porque ahora el Langreo deberá volver a Ponferrada en día laborable, cuando muchos de sus futbolistas son trabajadores, al margen de su actividad balompédica. La fecha de celebración queda ahora en manos de los clubes, aunque se apunta al 29 de enero.