Duro de roer, pero cayó

León salió a la cancha con una defensa individual que le puso muy complicadas las cosas al Tarragona, mientras en ataque parecía que anotaba fácil. Tras los clásicos deslices del inicio en los que Tarragona logró su única ventaja (5-6), León aplicó un parcial de 19-2 a su rival que parecía romper el partido definitivamente, gracias a dos triples de Brown y Larragán. Jorge García anotaba fácil bajo el aro y Evans mostraba su poderío reboteador. Tarragona caía en constantes errores forzados por la defensa leonesa, aunque en los últimos instantes del primer cuarto inició una cierta aproximación hasta alcanzar un 28-16. El segundo cuarto trajo los primeros cambios en ambos equipos y también una mayor concentración para Tarragona, que empezó a anotar con una cierta agilidad, aunque León respondía con rotundidad a cada canasta. Y el partido se rompió por circunstancias ajenas a los jugadores. Un error en la mesa en el cómputo de las personales llevó a los árbitros a ordenar el lanzamiento de unos tiros libres en una jugada posterior a una personal, cuando llegó a otra, al darse cuanta que ya había sido de banda, como habían concedido. El error de la mesa provocó un par de minutos de parón que encresparon al público y descentraron a León, que se veía favorecido pero no entendía lo que pasaba. Varias jugadas polémicas pitadas por los colegiados terminaron por debilitar el juego de León que fue al descanso con una renta de trece puntos que parecía totalmente tranquilizante, gracias a un palmeo de Pepe Llorente sobre la sirena. Pero los verdaderos problemas para el equipo local llegaron tras el descanso. El parón no sirvió para encarrilar el juego del equipo, y aunque volvió a la cancha el mismo quinteto inicial que había dado buen resultado en el primer cuarto ahora perdía enteros en defensa. Los ataques eran ágiles y León anotaba fácil pero atrás llegaban los problemas, especialmente con el rebote. En la pintura, el equipo estaba descentrado y Tarragona cogía fácilmente segundas opciones de tiro. Los triples de Santana y la aportación anotadora de Bryant y Douglas devolvía la vida a Tarragona, porque hasta el descanso habían estado los tres ausentes. Y de nuevo llegó un error de la mesa que hizo sonar la sirena de final de posesión a Tarragona cuando llegaba media docena de segundos con el balón. El equipo visitante poco a poco había ganado terreno en el marcado y estaba a sólo cuatro puntos. Sony Vázquez entró para frenar el ataque de Tarragona y al iniciarse el cuarto definitivo anotó un triple que devolvió la tranquilidad a León cuando el rival acababa de conseguir por vez primera igualar el marcador (68-68). Pero los de Salvo no conseguían despegar en el marcador y sólo lograba ventajas mínimas. La ausencia anotadora de Brown, que incluso falló varios tiros libres, hacía mella en el equipo. Los nervios, las continuas personales y las imprecisiones eran las pautas del partido. Las decisiones arbitrales complicaban aún más el choque y a 2:30 León tenía una renta de tres puntos nada clara. Dos tiros libres anotados por Larragán y un triple de Brown a falta de un minuto rompieron definitivamente el partido (79-71). Las precipitaciones de Tarragona le impidieron reaccionar y el partido acabó eternizándose con continuas faltas a la desesperada de los visitantes. Al final, León venció y su aupó a la sexta posición de la tabla. Ahora llegan choques difíciles con Orense y Los Lobos.