Sólo resta un pequeño esfuerzo

¡Menos mal! El pasado fin de semana los móviles echaban humo. Motivos para ello sobraban. Cuatro clubes del Grupo-A, en el que están encuadrados los leoneses, se jugaban muchas cosas. San Miguel (Navarra), Cantabria (Logroño), Pelota Leonés y Casablanca (Zaragoza) estaban en un pañuelo con diferencias mínimas de puntos. ¡Atentos a la campana que el último desciende! Parecían oír los cuatro clubes y, todos, se afanaban en buscar soluciones de última hora. Jugar en cancha propia parecía una ventaja suficiente. Cantabria y San Miguel tenían ese as en la mano. El Club de Pelota Leonés visitó el magnífico frontón del pueblo de Estella, construido para los pasados Campeonatos del Mundo celebrados en el mes de agosto, donde el Club San Miguel tiene su sede. El Casablanca emprendió viaje hacia Logroño para enfrentarse al Club Cantabria y tratar de seguir con la buena racha conseguida en la anterior jornada. Para rizar más el tirabuzón y hacer las cosas todavía super estresantes, estos cuatro clubes eligieron como día de partido el pasado sábado y casi a la misma hora. Eso aún daba más morbo, puesto que no había forma de enterarse con anticipación de lo que ocurría en la otra cancha. Partidos de paleta y pala corta Ciñámonos primeramente a lo sucedido en Estella entre leoneses y navarros. Se jugó el partido de pala corta, que defendieron por el San Miguel Ruiz-Mínguez y por parte leonesa Ugidos-Chobo. La victoria de los navarros fue clara, contundente y no merece la pena ni contarla, ni reflejar el resultado final. Ugidos, que tenía encomendado defender los cuadros delanteros, no hizo la labor que de él se esperaba. Ni golpeó, ni empaló y... ya se sabe. Lo hemos repetido hasta la saciedad, cuando adelante no se funciona, el contrario entra a placer y rompe el partido. Quedaba aún por disputar el encuentro de paleta y los leoneses Ricardo-Amilivia estaban motivados y con muchas ganas de agradar. El partido no puedo empezar mejor. Ricardo, que venía eufórico después de disfrutar unas pequeñas vacaciones, tenía hambre de pelota y unas ganas tremendas de borrar su mala actuación ante el Casablanca. Concentrado al máximo y golpeando como él sabe hacerlo, pusieron pies en polvorosa y dijeron adiós y hasta el año que viene a los navarros del San Miguel Ruiz-Yabén. Amilivia, que no dejó de apoyar en ningún momento a su compañero con gritos de aire, corta, busca, tuya, dio también una lección de buen juego y profesionalidad deportiva. Sacó del partido a los navarros con su saque y con él, también, ayudó a que Ricardo entrara como un obús a pelotas que los contrarios entregaban por la potencia y colocación del servicio de Amilivia. Fue una gozada. 35-17 para los leoneses y otro punto más para el casillero de su club. Atentos a otros frentes Faltaba por conocer los resultados y lo acontecido en la otra confrontación entre Cantabria y Casablanca. Hechas las gestiones telefónicas de una forma diplomática, por aquello de no mostrar excesivo interés, se supo que el Casablanca había perdido los dos partidos. Uno de ellos por la mínima 35-32 y la pala corta por el tanteo de 40-20. Alegría y cierta tranquilidad se dibujó en la cara de los leoneses que ahora aventajan en dos puntos al Club Casablanca. El próximo fin de semana se disputarán, en el frontón de Pobladura de P. García, los últimos partidos de este campeonato. El Club Cantabria de Logroño será el enemigo a batir. A la vista de los últimos acontecimientos, ganando un partido, el Club de Pelota leonés mantendría la categoría de Segunda División Nacional.