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BALONMANO

Juanín lidera el triunfo de España sobre Túnez con nueve goles (25-33)

La selección de España ganó su quinto partido consecutivo en el Mundial, frente a Túnez por 25-33, y abandonó invicta y como líder la ciudad de Guimaraes, sede del grupo A para la primera fase, por lo que se ha colgado el cartel de fav

Publicado por
Tomás Crovetto - GUIMARAES.
León

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La agenda ahora para España es amable, pues señala dos días de descanso, uno para desplazarse a Caminha, localidad del norte portugués desde la que se divisa Galicia, el miércoles un primer partido accesible de la segunda fase frente al cuarto del grupo B (Qatar o Groenlandia) y el jueves el decisivo para acceder a las medallas contra el segundo de ese grupo (Islandia). Por tanto, para entrar en la lucha por el podio, la realidad es que al equipo que dirige César Argilés le queda un sólo partido comprometido, el del próximo jueves, que ejercerá como si de unos cuartos de final se tratase. Guimaraes, no obstante, quedará entre los buenos recuerdos para el balonmano español. Cinco partidos y cinco victorias -una de ellas importante frente a Yugoslavia- y cuatro días más por delante para pensar sólo en un encuentro decisivo. De esas gratas imágenes, la última fue la del partido frente a los tunecinos, los próximos organizadores del Mundial en 2005. El encuentro, que nada decidía en la clasificación, no fue lucido por el tipo de defensa abierta 3-3 y pegajosa de Túnez. Los españoles, sin embargo, lo afrontaron con la tensión adecuada y el conocimiento previo de lo que les esperaba. El ritmo de los tunecinos resultó en muchas fases enloquecedor. Además de su defensa, incómoda como la resina en las manos, enturbió el ambiente la pertinaz percusión de una veintena de seguidores, con una cadencia de galeras que incluso hizo también al público buscar acomodo continuo en sus asientos. El partido iba a ser de brega, de nervios templados, de velocidad y de contraataques, de mutismo de la segunda línea. La primera ventaja de dos goles (5-3) detuvo a los pesados músicos de Túnez. España aceleró con contragolpes para abrir brecha, pero su 5-1 defensivo permitía los lanzamientos de armado intermedio, entre 7 y 8 metros, del zurdo Bousnina y del central Megannem. Era una grieta que había que tapar. Argilés miraba a sus hombres en el banquillo en busca de un defensor que lo solucionase. Pero no iba a hacer falta un relevo. El estratega Argilés ordenó un 6-0, que iba a dejar menos espacios de maniobra a los rápidos tunecinos y menos posibilidad de esos lanzamientos de cadera, bajo los brazos de su rival. Un acierto más del técnico en este Mundial. El barullo perjudicó a España pero Argilés quiso amueblar de forma constante las ideas de sus jugadores. La brecha estaba abierta y España cumplió hasta el final la consigna de no dejar que Túnez se le acercase, para así solventar sin problemas el choque. Esta vez fue el pívot del Pórtland, Juantxo Pérez, quien se quedó fuera de la convocatoria junto a Olalla, lesionado desde la segunda jornada. El ritmo fue bastante tranquilo, con pocos goles, pero con la superioridad de España no sólo en el marcador sino también en el juego. Sin embargo, no resultó sencillo abrir una gran brecha porque Túnez fue un equipo muy constante en ataque y defensa. Entrerríos, que en los tres primeros encuentros sumó trece goles, anotó dos importantes dianas consecutivas que sirvieron para que el combinado nacional no dejase acercarse a su rival en el electrónico. España sacó lo mejor de sí en los últimos diez minutos y las jugadas y los goles salieron a relucir. Juanín repitió en esta segunda mitad su gran actuación de la primera y acabó el partido como gran estrella con nueve dianas. La selección se marchó a los vestuarios feliz, sobre todo tras conocer que Islandia, a priori más asequible que los teutones, será su próximo gran adversario.