Goleada pensando en semifinales

En el primer enfrentamiento oficial entre España y Qatar quedó de manifiesto que el equipo asiático transita por una órbita que no es la que exige el balonmano de alto nivel. Los españoles tardaron, como es lógico, en encontrar ritmo y motivación en un partido de los que sobran en un Mundial, y que apenas sirven como un mal entrenamiento. Eso sí, atrapado el ritmo defensivo a partir del minuto 16, Qatar se ancló en 6 tantos y con ese bagaje se fue al descanso (20-6). La segunda parte fue más de lo mismo. Los qataríes, sin capacidad física ni fundamentos técnicos, acabaron sonrojados por el apabullante dominio español, para dejar el encuentro sin historia, brillo ni interés. Lo más importante del choque fue la ventaja española, pues otorga al equipo de César Argilés la posibilidad de que un supuesto empate frente a Islandia le resulte suficiente para acceder a las semifinales, debido a la mejor diferencia de goles. El último enfrentamiento entre españoles e islandeses se saldó con un empate (24-24) en la ciudad de Skovde (Suecia), en la primera jornada del último Campeonato de Europa del año pasado. Islandia, en aquél partido, dominó durante gran parte excepto en el tramo final, que permitió que España se aproximara en el marcador y que Alberto Entrerríos anotase el tanto de la igualada en el último instante del encuentro. Argilés, motivado César Argilés, seleccionador español de balonmano, opinó sobre su próximo rival islandés, a menos de 24 horas para el partido decisivo hacia las semifinales del Mundial, que son «vikingos que se crecen en terreno contrario». El pabellón de Caminha, una pequeña localidad desde la cuál se divisa Galicia, en la otra margen del río Miño, estará repleto (3.000 espectadores) de aficionados que apoyarán al equipo español. «Siempre es importante el apoyo desde la grada, pero hoy estaremos siete contra siete», apuntó con rotundidad.