BALONMANO
España se queda sin bronce y la Croacia de Metlicic gana el Mundial de balonmano
Francia barrió a España en la lucha por el bronce del Campeonato del Mundo de Portugal, en un partido triste para el balonmano español pues su selección acarició la final y acabó relegada a igualar la mejor clasificación de su historia
Pero en Lisboa cambiaron las cosas. Francia, vigente campeona del mundo, barrió de la pista al equipo español, y la renta no fue mayor por la colosal actuación del madrileño José Javier Hombrados. El equipo dirigido por Claude Onesta se impuso con absoluta autoridad en el primer periodo, cesó su actividad en la segunda para dar posibilidades de reacción a España y ésta, consumida en el ánimo tras la derrota lamentable frente a Croacia, cerró la última puerta por donde podría haber alcanzado el tercer cajón del podio. La baja intensidad defensiva del 6-0 español deparó un mal inicio y un peor desarrollo del primer periodo, en el que Francia dominó a placer en todas las facetas del juego. Los laterales Cazal y Narcisse lanzaban con acierto y se movían con comodidad ante la zaga española. Mientras la defensa española acariciaba, la francesa mordía. Para colmo de males, Talant Dujshebaev llegó a cometer hasta cuatro perdidas de balón y se mostraba incapaz de dirigir el deslavazado ataque del equipo hispano. Garralda y Mariano Ortega, intercalándose en el lateral derecho, acabaron el primer periodo en total sequía anotadora. Francia, al contrario que los españoles, exhibía un alto grado de concentración para no dejar escapar el bronce. Sólo Hombrados, bajo palos, rendía a su nivel. Un 11-7 atravesado el primer cuarto de hora obligó a Argilés a agotar su primer tiempo muerto. Esfuerzo inútil. España estaba ausente del partido. Ni el cambio a defensa 5-1 ni la arenga sirvió para cambiar las cosas. Los acontecimientos, de manera increíble, cambiaron tras el intervalo. El 5-1 defensivo francés, con Richardson como avanzado, ahora se mostró permisivo ante el mayor empuje de un equipo español que parecía muy tocado. A Francia le ocurría lo mismo que a España con Croacia en la semifinal. Dejó que su rival se acercase en el tanteador (18-17, minuto 42) para dar así alas a un rival semihundido ante un Hombrados ya colosal. Pero la imprecisión en los lanzamientos hispanos, ante unos franceses estrellados una y otra vez sobre el cuerpo de Hombrados, volvió a abrir la espita para una nueva medalla para el balonmano francés. El portero del Ciudad Real dio espectáculo con sus paradas (con más de una veintena) y gracias a ellas se frenó el ataque francés. Pero su esfuerzo no se vio compensado con la respuesta de sus compañeros que volvieron a ahogarse en la ofensiva. Las lágrimas de Hombrados al final del partido reflejaban la impotencia de haber perdido una gran oportunidad en el que ha podido ser su último Mundial.