Una era sin planificación ni fichajes acertados

La llegada de Antic y el fichaje como cedido del defensa argentino Juan Pablo Sorín han sido las dos decisiones deportivas más recientes de Gaspart, quien desde su llegada al cargo ha ido acumulando la marcha de las principales estrellas del equipo en los últimos años, caso de Figo, Pep Guardiola y Vitor Borba Rivaldo, y de otros jugadores carismáticos como Sergi Barjuán y Abelardo Fernández. Esta temporada, con la vuelta de Van Gaal, el Barça, también por su delicada situación económica, prescindió de Rivaldo y además lo hizo sin obtener ingresos por su marcha al AC Milan ya que le concedió la carta de libertad. Sin Rivaldo, el Barça se quedó sin su principal estrella, tras la fuga de Figo y el adiós de Guardiola tras el primer año de Gaspart. Y el barcelonismo se encomendó al holandés Patrick Kluivert y a los jóvenes argentinos Javier Saviola y Juan Román Riquelme, los dos flamantes fichajes de la era Gaspart que no han acabado de explotar ni de gozar de toda la confianza de los técnicos, siendo fiel reflejo su situación de la falta de planificación y de un proyecto definido. La política de fichajes, condicionada por la marcha de Figo, ha sido uno de los puntos que más ha pesado sobre Gaspart. La falta de éxitos, acusada con mayor fuerza si cabe por los triunfos en Europa del eterno rival madrileño, se unió a la crisis económica que obligó a vender parte del patrimonio para financiar la futura ciudad deportiva del club. Ahora, la deuda económica del Barça, antaño modelo de gestión para otros grandes clubes europeos, ronda los 180 millones de euros, según algunos miembros de la oposición.