No hay pena ni compasión alguna para los perdedores

Ricardo y Amilivia aún no han intervenido y esperan, junto al resto de pelotaris, la incorporación de éstos que se han clasificado para comenzar la tercera ronda, que se divide en tres Grupos de cuatro parejas. El pasado fin de semana se jugó en Zamora la segunda fase del Autonómico de pala corta. Otras cuatro parejas de: Segovia, Zamora y dos de Arévalo han perdido la oportunidad de continuar en el campeonato. Se siguen produciendo las sorpresas. Nombres de pelotaris, con cierto marchamo de calidad en su juego, caen derrotados por parejas de menor envergadura y renombre. Es lo inesperado. La otra cara del deporte. Se trata de ir escalando peldaños para llegar a disputar el mano a mano con los grandes. Eso es lo que quieren hacer todos los que se han inscrito en este torneo. Que sus nombres se vean reflejados en las jornadas que cierran el campeonato, luchando a brazo partido con pelotaris que, ahora mismo, son Campeones de la Copa del Rey o Campeones de España o del Mundo, también, en la máxima categoría de la pelota. Compitiendo contra ellos se aprende y te motiva en el juego. Los cuatro encuentros de pala corta, que el pasado fin de semana se disputaron en el frontón cubierto de San Atilano, refrendaron una vez más las sorpresas en los resultados y en quien ganó a quién. Intervinieron primeramente Javi-Pacheco de Arévalo, que no fueron enemigo para la pareja de Madrid, Alberto-Nico, ganando estos últimos por 40-21. Seguidamente, Barberá-Vázquez de Vigo se impusieron por 40-25 ante la pareja de Segovia Enrique-Raúl. Aquí saltó la primera sorpresa, pues se apostó, bajo todo pronóstico, que los segovianos sacarían adelante el compromiso. No fue así, y la pareja gallega ganó con todo merecimiento. Más tarde, Domínguez-Ferrero, pareja anfitriona de Zamora, se vieron las caras con los cacereños Emilio-Eduardo. De sobra es conocido por todos los pelotaris el potente saque del que dispone el zamorano Ferrero que, para más peligro en este frontón se acrecienta, debido a su frontenis y velocidad de cancha. Esta arma, que le hace ganar partidos, no dio en esta ocasión el cuajo necesario. El excesivo tiempo que lleva sin jugar este pelotari, unido al buen hacer de los cacereños Emilio y Eduardo, complicó el partido para los de casa y el marcador, que al final resultó favorable a estos últimos, quedó en 40-28. Llegó el momento en que nuestros representantes Manzano-Chobo saltaron a la cancha. La pareja contraria, Óscar-Abilio de Arévalo se preparó para intentar ganar la contienda. Como un ciclón entraron en el partido Manzano y Chobo y, en menos que canta un gallo, ya tenían a su favor un 16-2 que avergonzó a la pareja contraria. No había forma de enmendar este resultado. Manzano y Chobo se multiplicaban sobre la cancha y estaban en todos los sitios y rincones de la misma, esperando para machacar el tanto. El marcador seguía contando y 32-9. Inapelable. Todavía, y a pesar de estar el encuentro de su parte, Manzano-Chobo nos dieron en la conclusión del partido todo un recital de su buen hacer y concentración, devolviendo pelotas complicadas y bote pronto de auténtico espectáculo. Con un 40-12 se puso fin a la contienda, donde sólo existió una pareja sobre la cancha zamorana: Manzano y Chobo.