El ingenio de Raúl desnuda a la peor Alemania del año

El madridista le ganó la batalla particular a Kahn y resolvió el duelo con sus goles, el primero magnífico y el segundo tras inventarse un penalti. Raúl no sabe de amistosos, se echó el equipo encima y condujo a España a su primera victoria sobre Alemania desde hace casi veinte años -el último triunfo se produjo con el gol de Maceda en la Eurocopa de Francia''84. Fue un partido discreto pero un gran ensayo, porque se jugó con ritmo y actitud competitivas y midió las virtudes y carencias de la selección nacional. Alemania, un equipo plano y tosco pero bien colocado y físicamente portentoso, sacó a relucir durenta una hora las miserias de España. El combinando de Iñaki Sáez apenas pudo desajustar a los teutones, presionantes, agazapados atrás y con las ideas siempre claras para cerrar los espacios. España encontró al principio enormes dificultades para iniciar la transición desde atrás, ya que ni Puyol ni César ofrecen una salida correcta del balón. Esta merma mejoró ligeramente en la reanudación, con la aparición de Helguera. Albelda y Baraja, con una disposición impecable, se compenetran bien pero ninguno de ellos es un conductor clásico. Necesitan una referencia por delante, un tipo como Aymar en el Valencia o el añorado Valerón en la selección, capaz de enlazar con las puntas. Raúl también es notable cuando se retrasa para recibir, pero en el enganche no ofrece sus mejores prestaciones. De hecho, descompuso sobre todo a la zaga rival cuando recibió cerca del área. Así abrió el marcador. Baraja le vio de maravilla y el madrileño dejó hecho un guiñapo a Metzelder antes de superar con sutileza a Kahn. En las bandas, los fornidos pero limitados alemanes abortaron toda noticia de Joaquín y Vicente, dos futbolistas que, como reconoce el seleccionador, tienen talento y desborde pero aún están echando los dientes. El valencianista no pudo con Friedrich, y eso que este jugador del Hertha es más central que lateral, y Joaquín si quebró alguna vez a Rau, debutante sub-21, pero falló en los centros. El partido se desarrollaba en una franja estrechísima de terreno, casi sin pisar las áreas. Ningún futbolista era capaz de manejar el duelo hasta que, en una jugada muy rápida, cumplida la media hora, Raúl constató que los alemanes tienen la cintura escayolada. Tristán estuvo cerca de la sentencia instantes después, pero se perdió en las fintas. Y Alemania, que no había hecho nada, empató a su estilo, de carambola y a la salida de un córner. Por el cansancio y los cambios, el espectáculo mejoró tras el descanso. Hubo más espacios y Albelda y Baraja conectaron mucho más con Raúl, el hombre del partido. Alemania se defendía a su manera e incluso pudo adelantarse en un lejanísimo tiro bombeado de Jeremies que salvó el travesaño. Hubiera sido demasiado premio para un equipo tan vulgar.