Hay jornadas que es mejor olvidar

Los días no son iguales para todos, para unos son más favorables y para otros todo lo contrario. Los representantes leoneses, precisamente, no tuvieron un buen fin de semana que dijéramos. La temporada está siendo aceptable en términos generales para los cinco conjuntos, pero se producen bajones que hacen disminuir el rendimiento y no cosechar buenos resultados durante una parte de la competición. Tan sólo el Promesas Ponferrada parece haber puesto el acelerador sin tener límite de velocidad, unido a la regularidad en los últimos encuentros disputados del «filial» culturalista. La igualdad de gran parte de equipos en este grupo VIII produce resultados cortos en muchos casos que se pueden decantar hacia uno u otro lado. El realizar un buen inicio de temporada resulta fundamental para el desarrollo de la competición. Las lesiones y sanciones son una losa que pesa bastante a estas alturas de campaña. Saber dosificarse y tener una plantilla amplia son factores a tener en cuenta para el sprint final. La vigesimocuarta jornada ha dejado una victoria, dos empates y dos derrotas, además de la carencia goleadora. La Bañeza no parece atravesar por sus mejores momentos. La apatía, falta de ideas y poca consistencia en el trabajo están llevando al equipo morado a situaciones complicadas en cada encuentro, donde el bajo rendimiento se está haciendo notar y cada vez cuesta más lograr el triunfo. La posición en la tabla continúa siendo de auténtico privilegio, teniendo una buena renta de puntos con relación a sus perseguidores. Lo conseguido hasta ahora queda confirmarlo y eso se debe demostrar en el terreno de juego. Su técnico Luis Carnicero tendrá que emplearse a fondo para mantener la trayectoria que llevó al equipo al liderato y que la plantilla conserve la motivación, consistencia e intensidad en los compromisos que se avecinan. Los errores pueden costar caras, y cada vez existe menos margen. El Promesas Ponferrada continúa encadenando victorias que le ponen a punto de caramelo la liguilla de ascenso. Cuando un equipo se encuentra en racha todo le sale de cara y aun no jugando un buen partido al final la suerte suele sonreír. El momento en que se encuentra este conjunto está siendo espectacular, a pesar de ser uno de los que menos realizadores, si bien también es uno de los que menos encaja. Saber sacar provecho de las ocasiones que se dispone resulta vital para la marcha del equipo. La realidad está ahí, siendo ahora el momento de la verdad. La Hullera puede presumir de ser el conjunto que regala los primeros tres puntos de una tacada al farolillo rojo después de 23 jornadas. El bache en que ha entrado el cuadro de Ciñera parece ser un túnel donde no se atisba el final. Los dos últimos encuentros han encendido la luz de alarma, aunque su posición clasificatoria no es preocupante, pero sí el estado anímico. La mejor medicina para poner remedio es conseguir un triunfo. La Cultural B consiguió un punto valioso ante el líder de la categoría. A pesar del pobre juego desplegado y la escasez de bagaje ofensivo ofrecido, aunque hay que destacar las ausencias de los jugadores que estaban con el primer equipo, supo controlar el encuentro en ciertos compases. Como se ve, es un conjunto que sabe perfectamente jugar y adaptarse ante rivales de la parta alta de la tabla. La necesidad de seguir escalando puestos es primordial para colocarse en posiciones que por calidad y clase se merecen los jugadores. Su credibilidad está más que demostrada a pesar de los obstáculos que de vez en cuando aparecen. El Atlético Bembibre no termina de arrancar y darse una alegría a sí mismo. Todo lo que sea puntuar es positivo, pero cuando la claridad de ideas no es elocuente la desconfianza suele interponerse en el camino. La enorme carencia goleadora de este conjunto pasa factura jornada tras jornada, y de ello la posición que ocupa. El aburrimiento y el juego soso se produce por la ansiedad de triunfos. Un dato a su favor y a tener en cuenta es su excelente entramado defensivo.