Diario de León

LIGA DE CAMPEONES

Al Dépor se le helaron las ideas

El Deportivo dejó en Suiza buena parte de sus posibilidades de clasificación para los cuartos de final. Los coruñeses fueron incapaces de hacer valer su superioridad ante un Basilea muy limitado, pero que a base de un fútbol di

Zwyssig y Donato luchan por un balón durante el choque

Zwyssig y Donato luchan por un balón durante el choque

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Manuel Suárez - BASILEA.
León

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Sorprendió la alineación titular de Irureta, con la incorporación al doble pivote de Donato, en un intento de dar más solidez al medio campo. Consciente de las dificultades de un campo en bastante mal estado, el entrenador pareció apostar por un planteamiento más físico que técnico, y destinado a aprovechar la velocidad de Luque y el oportunismo de Makaay. Enfrente, el Basilea, espoleado por un animoso público, se encomendaba a la inspiración de Hakan Yakin, su hombre de más calidad, y a la mentalización general ante un oponente en teoría superior. A los suizos les bastó con el juego directo para equilibrar el partido. Los dos equipos llegaban con cierta facilidad al área contraria, pero fueron los locales los primeros en crear una clara ocasión en una falta, con un balón que se estrelló en el palo. Fue un primer aviso, confirmado pocos minutos después con un mano a mano de Rossi ante Juanmi y con varias acciones embarulladas que sembraron la confusión entre los coruñeses. El Dépor jugaba con fuego, concedía demasiado y quedaba a expensas del acierto de los suízos. Los coruñeses atacaban menos, pero eso sí, cuando lo hacían era con peligro y Makaay se encontró con varias de esas ocasiones que el holandés no suele fallar. Y en el peligroso intercambio de golpes fue el Basilea el primero en apuntarse el tanto. Fue Hakan Yakin el que recogió un balón en el borde del área y enganchó un disparo ajustado al palo ante el que nada pudo hacer Juanmi. Los de Irureta recibían el castigo por dejar demasiado abierto el partido. A Irureta no le quedó más remedio que deshacer su experimento inicial e introdujo a Tristán por Donato tras el descanso. Escasamente respetuosos con el nuevo poder ofensivo de los deportivistas, el Basilea no se dedicó únicamente a conservar el empate, sino que buscó el segundo, aunque se lo tomaron con calma y esperaban los espacios. Con el paso de los minutos, el Dépor tenía cada vez más el balón, pero sin apenas traducción en forma de ocasiones de gol. Los herculinos, condicionados por el estado del terreno de juego, no podían romper la defensa local a base de toque, pero tampoco a través de imprecisos balones largos sobre Makaay y Tristán. Sin espacios y ante una defensa bien armada, el equipo de Irureta hacía gala de una desesperante falta de ideas en ataque. Sólo una acción aislada o alguna jugada a balón parado pudo salvar el desastre de los coruñeses que vuelven de vacío de Suiza.

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