España da un recital ante Ucrania

Como prometió el seleccionador en la víspera, España venció a Ucrania, como ya hizo en el Europeo de Moscú, y ahora se jugará una plaza en la final mañana, sábado (19:30 horas) en Caserta ante el primero del grupo A, plaza que ocupó Italia gracias a su victoria sobre Rusia. El combinado nacional dio un auténtico recital y respondió con creces a una situación incómoda, tras sendos empates ante Portugal y Bélgica, que le obligaba a ganar o ganar. Los de Lozano salieron mentalizados desde el inicio, con una intensidad máxima tanto en defensa como en ataque. España jugó al límite, a sabiendas de que era la primera ''final'' de las tres que le quedaban. El seleccionador apostó por un quinteto experimentado con Adeva y Kike, y con el genio y oportunismo de Daniel y Javi Sánchez. Las pautas del encuentro fueron las mismas que en los dos anteriores. Ucrania cedió los espacios y el balón a España, pero en esta ocasión no los desaprovechó. Con más intensidad y ritmo, sobre todo en la circulación ofensiva, España encaró pronto la meta de Popov, y mediado el primer acto Kike consiguió abrir el electrónico. Ucrania apenas había puesto en apuros a Luis Amado, pero en esas contadas ocasiones había respondido a la perfección. Los ucranianos no se cerraron tanto en defensa como Portugal y Bélgica, lo que benefició el juego español. Sacudida la presión del primer tanto, el conjunto nacional ofreció los mejores minutos del campeonato, y eso se tradujo en dos nuevos goles. Julio culminó una bonita transición, y nuevamente Kike, en una falta a balón parado, tras recibir una asistencia de Orol, y ante la pasividad de la defensa rival, cerró el marcador. El 3-0 fue demasiado lastre para los ucranianos, conscientes de que su papel estaba ya en las semifinales, para las que se han clasificado como primeros del grupo B. En la segunda parte, España exhibió la misma mentalidad e impidió cualquier reacción de Ucrania. Su dominio fue insultante, pero no hubo historia porque los «amarillos» aceptaron resignados el resultado, y los de Lozano, vieron aliviada su tensión y se dedicaron a esperar el pitido final.