La UPL da guerra en Ponferrada

La Ponferradina tuvo que sudar y mucho para sacar adelante el partido de anoche frente a la Unión Popular de Langreo. Los asturianos plantearon, como se esperaba, un choque a la contra, defendiendo su parcela con uñas y dientes para buscar la portería de Álvaro en rápidos avances llevados la mayor parte de las veces por Jorge Mayordomo y el «pelao» Longo, que tenían como punto de destino al goleador Javi Prendes, que esta vez no marcó. Ante eso, los locales sólo pudieron ofecer un fútbol pobre, carente de brillantez y con recursos más escasos de lo que es habitual en la escuadra blanquiazul. El técnico afirmó al final que después de hacer un buen partido, como el de Zamora, lo normal es que el equipo ofrezca un bajón en su rendimiento, pero no está claro que tenga que ser así. Lo único cierto es que la mayoría de los jugadores locales estuvieron muy por debajo de sus posibilidades, más desacertados de lo que es normal o de lo que están demostrando esta temporada. En consecuencia, hubo que recurrir a la heroica para sacar el partido adelante y muy a última hora. Ya desde los primeros compases se podía apreciar que no era la mejor noche de los blanquiazules porque el Langreo, que ayer cambió su elástica azulgrana por otra totalmente blanca (casi como preludio del derbi que se avecina este domingo), tocaba la pelota con mucha facilidad y llegaba sin agobios a los aledaños del área ponferradina. Otra cosa era acercarse hasta Álvaro, pero estaba claro que la medular de Simón no podía con los Mayordomo, David Menéndez y Rubén Sanz. Ahí alineó Simón a Villa y Arcadio, pero ni el gallego ni tampoco el vasco, que reaparecía tras cumplir un partido de sanción, eran capaces de dominar la situación. A esta tesitura de incomodidad flagrante, se unía la discreta noche de los hombres de banda, especialmente Cascallar, que encima no contaba con el apoyo de Toñín porque el canterano tampoco tuvo su mejor día. Lanza no hizo mucho más por la izquierda y así, los de arriba, Pereira y Panadero, estaban de más. El extremeño optó por hacer la guerra por su cuenta y eso no le gusta mucho al míster. De hecho Simón le cambió a la banda para que Lanza pasara al centro y Villa se acercara a Panadero, pero tampoco dio resultado el experimento. Sin citar el nombre de Pereira, Simón reconoció en rueda de prensa que hay gente que no puede jugar en este equipo si no se atiene a las normas que él dicta. Lo cual parece lógico. El caso es que al filo del descanso, un córner botado por la Deportiva es rechazado por la zaga astur en un globo que cae a pies de Villa, quien chuta hacia el interior del área pequeña donde Igor, que había subido a rematar, desvía de espuela a la red. Era el 1-0 con el que concluía la primera mitad. Tras el descanso mejoraron los asturianos y obtuvieron el empate en otra acción de fortuna. Mayordomo chuta desde lejos y la pelota toca en Jechu para engañar a un Álvaro que nada pudo hacer. Podía entenderse que aquello era justo por lo visto hasta entonces. Pero luego el partido se puso bronco. Fran se fue a la calle por una falta clara que le costó la segunda amarilla y la Deportiva arrinconó a su rival que jugaba con uno menos, haciendo gala de mil argucias con el único fin de perder tiempo. El árbitro castigó tanta pillería con multitud de tarjetas. Cuando el partido ya expiraba y después de intentos vanos por parte de los locales, Lanza bota una falta colgando la pelota al segundo palo con muchos pretendiente en el juego aéreo. Según aclararon a posteriori los propios protagonistas, el capitán César fue el encargado de desviar el balón junto al poste de Noguerol para rubricar así la victoria local. El guardameta asturiano, que fue el mejor de su equipo ayer, nada pudo hacer para evitar el tanto. Y ahora, a pensar en la Cultural.