Ademar deja en el aire la eliminatoria de la Recopa con Ciudad Real (30-26)

A semifinales se va a ir el equipo que crea más en sí mismo. Así de sencillo. Ademar tuvo groggy al Ciudad Real, pero perdonó. El bloque manchego empezó la segunda parte en + 2 y se encontró con 26-20 un cuarto de hora después. Así, por encima de los dígitos, León demostró que el juego colectivo puede a veces más que la calidad individual, pero con las mismas, la formación foránea se agarró a la pista cuando peor le iban las cosas, y supo sujetarse al partido y hacerse fuerte en medio del temporal. Es lo que tiene rodearse de un elenco de estrellas. Tanto gallo en un mismo corral es fauna difícil de manejar, y cuesta uno, y parte del otro, pero cuando la máquina se pone en marcha, es difícil de parar. Bajo el abanico de emociones que dibujó el choque, el balonmano se hizo un sitio destacado. Un par de pérdidas de balón y la inspiración inusual del ataque posicional empezaron a abrir el partido (7-4) hasta que Juan de Dios Román abrió un poco más el 5-1 para presionar a Kjelling hasta matar su concurso en ataque en 3/6. León acusó la nueva disposición. Julio Muñoz guardaba lo mejor de sí para la anotación de la segunda parte, así que hasta el intermedio, el cambio de goles se apoderó del panorama. Porque con el concurso de Héctor en el pivote y a base de velocidad, Ademar volvió a levantar un poco la voz (11-9) pero a raiz de una doble inferioridad, con Héctor y Vatne excluidos (11-12), el argumento volvió a cobijarse bajo el mismo guión. Así que Cadenas probó al tercer central de la mañana. Marne se hizo acompañar de Raúl Entrerríos, ahora en su verdadero puesto, y por la derecha campó Metlicic. La grada celebró con ganas ahora un pase a pivote, después luego acciones de 2x2 y en suma, jaleó la voracidad del equipo de casa, que se fue a por la eliminatoria, sabedor de que no iba a perder de ninguna forma el partido. El centro de la defensa marista se hizo de hormigón (Vatne, Colón y Héctor saben de qué va el tema), Armand Torrego escuchó al Palacio entero corear su nombre en lo más granado de su repertorio de paradas... y el anterior seleccionador nacional acertó a elegir la primera línea que mejor le funciona, Entrerríos, Dujshebaev y Ortega. Ciudad Real se reveló contra la inminencia de una muerte súbita no prevista y entre pérdidas y errores no forzados, León se tiró siete minutos largos con un sólo gol en la suma (28-26). Craso error. Al campeón vigente se le pueden conceder solamente los márgenes justos, y con gol final anulado y explicación arbitral de chiste, la primera entrega de la eliminatoria pasó a mejor vida. Supo a poco.