Sistemas iguales, soluciones distintas

Simón Pérez y Miguel Ángel Álvarez Tomé plantearon el partido con idéntico sistema de juego. El técnico berciano trató de sorprender al leonés dejando fuera del once titular a Villa, entrando en su lugar Pereira, pero esta vez le salió el tiro por la culata. El extremeño apenas aportó nada, y el equipo se resintió porque dejó al mismo sin cabeza a la hora de distribuir el juego. Por contra, el entrenador culturalista fue el que utilizó una fuerte presión en tres cuartos de campo, buscando con ello recuperar el balón para tenerlo en su poder y desde esa posición de dominio y control de juego lanzar sus ataques. Simón Pérez colocó de salida a Álvaro debajo de los tres palos; para conformar una línea de cuatro jugadores en defensa, situando a Toñín en el lateral derecho; a Igor y César en el eje de la zaga; y a Jechu como lateral izquierdo. Por delante de ellos colocó como doble pivote de contención a Arcadio y Lanza; situando en el centro del campo a Cascallar por la derecha y a Alejandro por la izquierda; además de colocar a Pereira con la doble misión de enganche y de media punta; para dejar a Panadero como hombre más adelantado. Álvarez Tomé se mantuvo fiel al dibujo que le ha servido para reflotar a la Cultural hace ahora una vuelta. Rubio volvió a ser el encargado de defender la portería; para distribuir en defensa una línea de cuatro compuesta por Herrero, en el lateral derecho; Suárez y Sergio en el eje de la zaga; y Casquero, en el lateral izquierdo. Ángel Luis y Mario conformaron el doble pivote habitual por delante de la retaguardia; para situar en la línea de creación a Fran, por la derecha; Vega, por la izquierda; y Villafañe, en el centro, con libertad de movimientos y realizando la función de enlace entre el centro del campo y el hombre más adelantado; posición que ocupó Rubén Vega. Los primeros compases del partido fueron de color blanquiazul, dando la sensación de que la Deportiva se iba a erigir en el amo y señor del campo, pero sólo fue un espejismo. Superados los cinco minutos iniciales, la Cultural empezó a estirarse a base de presión al balón, lo que provocó que el equipo local fuera perdiendo poco a poco la confianza, comenzando a echar en falta un canalizador de su juego y, sobre todo, un creador. El conjunto capitalino empezó a sentirse a gusto sobre el rectángulo de juego, teniendo más posesión de balón, tratando el mismo con criterio y comenzando a llevar peligro a los dominios de Álvaro, materializando el mismo Rubén con una espléndida vaselina sobre la salida del meta ponferradino tras ganar la espalda a la defensa local y recibir un pase en profundidad de Fran. La reanudación resultó peor para la Deportiva. La inmovilidad de Simón Pérez favoreció los planes de Álvarez Tomé, hasta el punto de que sus hombres sentenciaron el encuentro en apenas veinte minutos, el tiempo que necesitaron para colocar el 0-3 en el marcador. La única respuesta que tuvo el conjunto leonés por parte del técnico berciano fue la de dar entrada al defensa central Aira por un desdibujado Arcadio, metiendo a Igor en la posición del sustituido, pobre recurso para tratar de nivelar al menos la contienda. La puesta en escena de Villa, el gran ausente, se produjo en el minuto 85, y aunque apenas dispuso de 8 minutos de juego, en ese tiempo su presencia se dejó notar, teniendo Panadero una ocasión de oro para haber maquillado el resultado, pero su remate de cabeza se estrelló en el larguero. La Cultural, que pecó de sobrada, sólo recurrió a mover sus peones.