El Recreativo se hace con la otra plaza para su primera final

Unzué, Josetxo (Brit, min. 60 Cruchaga, Mateo, Antonio López, Palacios (Muñoz, min. 77), Puñal (Morales, min. 60), Rivero, Rosado, Moha, y Aloisi. RECREATIVO DE HUELVA: Luque, Merino, Loren, Iker Begoña, Pernía, Diego Camacho, Javi García, Viqueira (Espínola, min. 77), Mario Bermejo, Benítez (Raúl Molina, min. 91) y Xisco (Arpón, min. 82). ÁRBITRO: Mejuto González (Asturiano). Mostró amarilla a Moha, Rivero, Muñoz. GOLES: 1-0, min. 22: Aloisi; 2-0, min 43: Moha; 2-1, min 47: Xisco; 2-2, min 59: Benítez. INCIDENCIAS: Terreno de juego encharcado en algunas zonas por la intensa lluvia caída en Pamplona. No se llenó El Sadar en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey. Con este resultado y el 2-0 del Nuevo Colombino, el Recreativo accede a la final por un global de 4-2. El Recreativo, el modesto decano de España, el «milagro» de Lucas Alcaraz, el equipo de retales que esta temporada regresó a la elite 25 años después, engrandeció su historia en Pamplona, donde compró el billete para su primera final de la Copa del Rey. El colista de Primera se sobrepuso a todas las adversidades, no se rindió cuando Osasuna igualó la eliminatoria, y certificó su gesta en un prodigioso arranque de la segunda parte, ya que marcó dos goles en apenas cinco minutos. Los onubenses, que paradójicamente podrían jugar en Segunda y en Europa el curso próximo, estuvieron a merced de Osasuna en el primer período, donde pagaron con dos goles en contra su excesivo conservadurismo. Sin embargo, dieron un vuelco espectacular al partido en un arranque mágico de la segunda mitad en el que brilló Xisco. No fue un partido vistoso pero sí épico, disputado bajó el diluvio y en un terreno encharcadísimo, por zonas casi impracticable. Siete ocasiones tuvo Osasuna por ninguna del Recreativo en este período, lo que explica bien a las claras la abrumadora superioridad rojilla y la justicia de los dos goles anotados por los locales. Con la eliminatoria igualada y ya nada que defender, salvo la prórroga, el Recreativo improvisó en los vestuarios un cambio radical de estilo. Y la apresurada innovación le salió de maravilla. Los de Alcaraz, enrabietados, salieron como locos en la segunda mitad y en un abrir y cerrar de ojos destrozaron las estadísticas del partido y las ilusiones navarras. Xisco, magnífico en todo menos cuando copió errores ajenos, se llevó el dedo a la boca y mandó callar a la grada, fue el gran artífice.