BALONCESTO
León languidece, pero suma
León volvió a las andadas y fue incapaz de dominar claramente al colista de la liga. En un pésimo partido en Santiago -y ya van tres consecutivos-, los de Quino Salvo sacaron su irregularidad de juego a la cancha que regresó en forma
Después de la dolorosa e inesperada derrota ante el Ciudad de Huelva, al Baloncesto León no le quedaba más remedio que volver a reinventarse, eso si, sin el fichaje reclamado por Quino Salvo. El partido ante el Rosalía debía servir para lograr un triunfo reparador. Todo lo que no fuera eso, ante el colista, tenía que entenderse como un fracaso mayúsculo. Pudo haber sido la crónica de una derrota sangrante y el principio de una crisis que, a pesar de la victoria, sigue latente. León salvó finalmente los muebles después de un partido infame que arregló en los últimos minutos. En un arrebato de inspiración, los jugadores de Salvo sacaron algo de casta y otro tanto de talento. En el primer cuarto, la mala salida del León, nulo en ataque, no fue un buen presagio. El marcador se movía a cámara lenta debido a los fallos de los dos equipos y, a duras penas, se llegó a un 9-6 al minuto cinco. El equipo de Salvo parecía desubicado y no ofrecía ningún destello esperanzador. La defensa era más bien flojita y en ataque, con Brown apagado, los puntos se rifaban y anotaba el que pasaba por allí. Era un León deslavazado, sin dirección, y muy frágil, lo que invitaba al rival a perder las formas para no tener que tratar de usted a los leoneses. El León reaccionó tímidamente después de un parcial de 0-6, con un Larragán inspirado, para igualar el marcador (13-12). Pero el partido no era más que un insulso intercambio de canastas. Lejos de apreciarse alguna mejoría, León se mostró aún más vulnerable en el segundo cuarto, hasta el punto que hizo todo lo que pudo para que su rival no pareciera el colista. Se veía un encuentro entre dos equipos parejos y, es más, el Rosalía, a fuerza de concesiones, se lo acabó creyendo. A León se le acababa la gasolina cada vez que apretaba un poco el acelerador y sin combustible, volvía a quedar a merced de su rival, que lograba constantes ventajas en el marcador, la mayor gracias a un triple de Koke Rama (40-33). Pero otro pequeño empujón de León le permitió que el partido no se pusiera más feo antes de llegar al descanso para dejar las diferencias en cuatro puntos. En la reanudación, de salida, el Rosalía tomó diez puntos de ventaja (47-37), ventaja que consolida mediado el cuarto. Los jugadores de Salvo seguían sin enterarse de que iba el partido y no jugaban con la seriedad necesaria. Con ocho puntos en contra, León afrontó el cuarto definitivo temiéndose lo peor. Pero logró sacar su raza y cambió radicalmente. Un triple de Brown fue la señal de arranque para la remontada. León, con ganas, instinto y coraje, puso entonces las cosas en su sitio, como si se hubiera estado reservando. Entonces comenzó el recital y Larragán y Julio anotaban con infalible precisión para que lograr su primer ventaja a siete minutos para el final (57-59). No fue un espejismo y tras varios empates, se entró en el último minuto con 65-67. León, ya crecido y con más experiencia, supo sentenciar un partido que se dejó complicar demasiado.