Flirteando con el desastre

Ademar ganó el partido desde la portería. La formación de Manolo Cadenas eligió una curiosa fórmula para hacerse con dos puntos de trámite en un partido que tuvo poco del paseo que se le supone a un choque de estas características. La encomiable actuación de Armand en la primera parte, especialmente acertado en este tramo de la campaña, aportó al equipo el colchón sobre el que sustentó un triunfo que volvió a encontrar las dudas de rigor en la primera línea, que reiteró la ausencia absoluta de juego con los pivotes, en Ciudad Real por culpa la defensa 5-1 supuestamente, ayer ante un 6-0 que tampoco es el más duro de la competición. Y desde que el papel de los extremos se limita a la tarea de completar siete jugadores en pista, con la aquiescencia de una filosofía en la que apenas existen ya robos de balón y contragolpes, el tema empeora. Ademar necesitó un mandoble de Vatne y 5 paradas de Torrego para cobrar la primera ventaja en el tanteador (5-4). 13 minutos después de empezar el partido, el bloque de casa probó la segunda disposición de la primera línea, para ver si la aparición de Raúl Entrerríos en el centro, por Perales, y la de Julio Muñoz a la derecha por Metlicic, conferían el tono de juego necesario para empezar a abrir diferencias. Sólo en el tramo final de la primera parte se abrió en cierta medida el electrónico (15-8), por encima de las vicisitudes defensivas de Olalla y Recatalá en el centro del 6-0 local. Cambio de defensa Para abrir la segunda parte, Cadenas decidió cambiar la defensa con avanzado por un 6-0 un poco más fuerte en principio, incluido Pistolesi en el concurso de la cobertura. Cuando Alcobendas vio abierto el camino al objetivo secundario de recortar diferencias, merced a la colaboración de los elementos, Ademar respondió con un cambio en la portería que ante la falta de coordinación en el ataque, no surtió más efecto que el meramente testimonial. Después de navegar por la mitad de la segunda parte en ventajas plácidas, León empezó a dejarse llevar poco a poco, y el bloque de Madrid ganó en confianza lo que perdía en efectividad el equipo de casa poco a poco (23-20). A cinco minutos del final intervino le factor arbitral. Acababa de parar Cadenas el partido para recordar al equipo la conveniencia de no tirar por la borda las opciones de la Liga inutilmente cuando un clamoroso agarrón a Márquez, en la acción del 23-21 se convirtió en el 24-20 a los efectos de la permisividad con el silbato. La política de las compensaciones mandó a la calle a Cartón, con una descalificación de roja directa ante una acción defensiva sobre Olalla suficientemente castigada con una exclusión, como máximo. Robo decisivo Juanín sacó entonces una mano providencial para robar el balón decisivo con sólo cuatro jugadores blancos en pista, y de un zurdazo, Metlicic, mató el partido, por más que en el minuto y medio restante, Alcobendas insistiera en ajustar las diferencias, más por orgullo que por convicción en un posible triunfo. Al final del partido le quedó el regusto amargo de la misión cumplida en los números, que no en las tareas. El calendario ofrece dos citas de nivel medio en Valencia y Barakaldo, pero a la vista de las circunstancias... Ademar es capaz de resolver en las peores circunstancias, pero también sabe hacer grandes a enemigos pequeños. Es cuestión de elección.