Raúl firma el finiquito de la peor versión del Milan

Raúl, otra vez Raúl, demostró su condición de número uno en el escaparate europeo, se echó al Real Madrid encima cuando más lo necesitaba y tumbó a la peor versión del Milan con dos estupendos goles -el segundo extraordinario- en los compases iniciales de cada período. Como casi siempre, el Madrid se enganchó al astro madrileño para cumplir su objetivo y acercarse a cuartos. Con una victoria en Moscú, entrará en las eliminatorias. El primer período fue sosote, jugado con poco ímpetu y con más atención de los contendientes por asegurar las defensas que por quebrar la resistencia del rival. El Madrid, enganchado en el arranque al carácter de Roberto Carlos, aprovechó su primera ocasión y luego contemporizó. Más si cabe al comprobar que el Milan no le inquietaba. A pesar de que el Madrid mantuvo siempre al menos a seis jugadores atrás, desperdició una oportunidad pintiparada para sentenciar en las contras. Ronaldo y Raúl, tremendos cuando logran contectar, erraron tres veces solos ante Abbiati. La noche se puso mucho más seria en la reanudación. Ancelotti sacó a Rui Costa, un jugador de verdad, y mandó a la ducha a Dalla Bona. El Milan se adueñó del balón y encerró al Madrid, que sufría cada vez más sin él. El Bernabéu sufría en silencio, se temía lo peor. Pero, de nuevo, Roberto Carlos se desencorsetó, se marchó arriba como loco, asistió a Raúl y el madrileño sentenció con una acción majestuosa. Cuando más lo requería su equipo, apareció el genio. Todo estaba decidido pero el Madrid se fue de Chamartín y Rivaldo lo aprovechó para generar incertidumbre. Guti, en vena de aciertos, cerró el duelo y certificó la única derrota del Milan en esta fase. No había encajado gol alguno pero se llevó tres de Chamartín.