A un panal de rica miel

Los partidos políticos consideran interesante el recurso de la imagen que puede generar, de cara a sus listas, el hecho de contar con deportistas, si no de élite, si de cierta imagen en la sociedad. En primera instancia, fueron los partidos de derechas los que se metieron en esta dinámica, fundamentalmente con el Partido Popular, y con casos de especial relevancia, como el de Colomán Trabado, en su día asesor en el Consejo Superior de Deportes. Ahora, las posibilidades se abren al resto de formaciones políticas. ¿Qué puede aportar un deportista a la política local?. En la mayor parte de los casos, se trata fundamentalmente de conseguir el golpe de imagen que lleve el voto a la urna pertinente, por encima de los proyectos. El caso más reciente y notable lo firmó Manuel Martínez, a principios de este año, pero de momento, las primeras competiciones del lanzador leonés se han resentido ya de la dinámica en la que se ha tenido que meter el campeón de España. El caso de León, no es único. Palencia y Valladolid también han decidido entrar en la misma rueda, con la inclusión de atletas (la comunidad autónoma es especialmente proclive a la formación de este tipo de figuras) y en las semanas que faltan hasta el inicio de la campaña electoral propiamente dicha, no se descarta que se sigan los pasos de una filosofía que, en León, inaugurase en su día la Unión del Pueblo Leonés, con Margarita Ramos en sus listas. Los casos de César García Calvo y Sergio Sánchez son los dos últimos. A ninguno de los dos se le suponía vinculación cercana a la política, pero la carga mediática que acompaña a su imagen, es un reclamo. Y a la caza del voto, a los partidos políticos se les abre el cielo en vista de los resultados que se pueden alcanzar. Poner un deportista en la vida política parece rentable. ¿Y fructífero para el ciudadano?. Esa es otra historia.