Diario de León

El Real Madrid se mete de cabeza

Una genial combinación de los «galácticos», definida por Ronaldo, marcó las diferencias en el erial de Moscú y dio al Real Madrid una sufridísima y esforzada clasificación para cuartos de final de la Liga de Campeones. El Madrid, demasiado cons

Los madridistas Raúl y Solari pelean por hacerse con el balón ante el ruso Evseev

Los madridistas Raúl y Solari pelean por hacerse con el balón ante el ruso Evseev

Publicado por
MOSCÚ. Guillermo Ibáñez
León

Creado:

Actualizado:

El campeón ganó sin alardes, con bastante fortuna, a base de trabajo, y terminó con el gafe moscovita. Se adaptó como buenamente pudo a la infame mezcla de césped y tierra y se impuso por oficio, la calidad de sus estrellas en una acción aislada y, sobre todo, porque esta vez su defensa estuvo notable, en especial el joven Pavón, que en ningún momento fue superado por los delanteros del conjunto local. Hubiera merecido la calificación de sobresaliente toda la zaga blanca, pero, como ya es característico, falló en dos saques de esquina, que no terminaron en gol por la ingenuidad rusa y por san Casillas. En la faceta destructiva, excelente también el desempeño de Flavio y Makelele, incansables y estajanovistas. Difícil adaptación A los de Del Bosque les costó un mundo adaptarse a las circunstancias, a un terreno pelado, duro y desigual y a un bote del balón típico de la playa, no de un campo de fútbol. Sudaron tinta para deshacerse de un adversario animoso, que presionó bien el centro del campo, cerró las salidas al rival, tocó con buen criterio e inquietó más de lo debido a Casillas. Los rusos, ya eliminados y colistas, sólo se jugaban el orgullo, el prestigio y el dinero, pero se dejaron el alma en la batalla y estuvieron a punto de cercenar las aspiraciones merengues. La clave del partido, de la supervivencia madridista en Europa, pudo estar ya en la clamorosa ocasión desperdiciada por Evsevv, a los 18 minutos. Completamente solo en el área pequeña, en el primer pero gravísimo y recurrente despiste de la defensa madridista, cabeceo demasiado picado. Menos mal que no marcó porque en esos momentos el Madrid casi ni la veía y jugaba casi a merced de los rusos, que siempre llevaron el peso del encuentro, aunque sin la efectividad precisa para sorprender al guardameta madridista Casillas. Aparecen los astros El Madrid apenas podía ligar tres pases seguidos en el patatal, y a los moscovitas se les veía disfrutar mucho más. Existía cierto temor en el banquillo madridista, pero apareció Zidane y demostró su condición de número uno. El francés, un tipo que sabe dosificarse en compromisos intrascendentes para resultar determinante en los duelos decisivos, buscó el balón por todas las zonas del campo y se erigió en el líder del partido y de su equipo. Precisamente el 0-1 nació de las piernas de Zizou, que dijo aquí estoy yo, arrancó, vio a Raúl, éste a Figo y el luso a Ronaldo, que definió con la testa. Calidad y suerte, ya que fue la primera llegada al área del Real después de 35 minutos. Una maravillosa combinación de los galácticos en un paisaje lunar que dejó boquiabiertos a los inocentes rusos. Lo más difícil estaba hecho, de ahí que el entrenador de la escuadra blanca, Vicente Del Bosque, festejase el gol a lo grande. El Madrid, bien colocado, no tuvo problemas para mantener la jugosa pero exigua renta hasta el descanso. Demasiado defensivo En la reanudación, empero, cometió el imperdonable error de echarse demasiado atrás, de limitarse a esperar a los rusos. Menos mal que los del Lokomotiv se mostraron romos y que Casillas, como casi siempre, salvó a su equipo cuando desvió in extremis otro testarazo de Evseev, de nuevo tras un saque de esquina. Fallaron alguna ocasión más clamorosa los rusos y el Real Madrid vivió en vilo hasta el final, ya que el Borussia ganaba en Milan. Cuando el colegiado dio por concluido el choque, cuartos espera.

tracking