La defensa como cuenta pendiente

León salió con ganas a la pista y abrió en los primeros instantes una leve brecha que un triple de Larragán elevó a los seis puntos y que Tchiloemba subió a un 7-15 a los cinco minutos. Pero Gijón despertó y empezó a aprovechar los errores defensivos de León. La segunda personal de Brown encendió la alarma mientras Rubén Burgos castigaba con su tiro exterior el aro visitante. León quería jugar su partido pero el rival no le permitía irse en el tanteador. Bajo los aros el Gijón se mostraba más poderoso de lo anunciado y está situación empezó a dar sus frutos. Los errores en ataque leoneses eran aprovechados por Gijón para contraatacar y a falta de un minuto logró su primera ventaja (22-20). Un tiempo muerto de Quino Salvo intentó solventar la situación de atasco de León, que no lograba ni un rebote, pero el Gijón volvió a usar su arma más eficaz en este primer cuarto, los triples y cerró con el marcador a su favor. El segundo cuarto llevó a la cancha a J.R. Reid y Sony Vázquez por Jorge y Brown. El americano dejó patente sobre la pista su falta de «fuelle», pero también su gran calidad y talento. Y el marcador seguía por los mismos terrenos con una leve ventaja de Gijón que mantenía el mismo quinteto en pista. Reid llegaba tarde y se empezaba a perder por la pista, lo que aprovechaban los locales para irse en el marcador con su poderío exterior, ante el vacío de ideas leonés. A seis minutos para el descanso los asturianos se iban de nueve (37-28) y León no encontraba recursos. Su defensa hacía aguas de nuevo. Quino puso en pista a Martín Ferrer para ganar dureza en defensa y devolvió a Brown a la cancha. Y llegaron los primeros puntos de Reid con la camiseta de León, a través de dos tiros libres, aunque en defensa dejaba vacíos inmensos que siempre aprovechaba el rival. Gijón empezó las rotaciones y la segunda de Larragán llevó a Pepe Llorente a la cancha. Y la tercera de Brown, en ataque, sacó a Julio a la pista, que asumió la responsabilidad y buscó dar más ritmo al equipo. Aunque Reid empezaba a anotar, en defensa las lagunas de todo el equipo eran mayúsculas. En los últimos instantes León aprovechó su rapidez para irse al descanso con una desventaja sólo de cinco puntos (49-44).