Serginho marcó la diferencia

Castro Urdiales se presentaba de nuevo en León con la vitola de líder intratable del grupo, y bajo esa premisa inició el partido, pero fue un espejismo. Obras y Estructuras Ram, a pesar de la diferencia existente en la clasificación, de presupuesto y de plantilla, tuvo contra las cuerdas durante muchas fases del partido a un equipo rácano, de juego ramplón y casi sin ambición al que salvó el instinto asesino de su brasileño Serginho, máximo goleador del grupo, las buenas intervenciones en momentos clave de su meta y la calidad individual de sus jugadores, porque de juego colectivo, nada en la primera parte y el doble en la segunda, es decir, nada de nada. Sin embargo, al minuto 5 ya vencía por 0-2 y daba la sensación de que se iba a producir un cómodo triunfo del equipo cántabro. Pero nada más lejos de la realidad. Con el encuentro perdido el conjunto leonés fue apretando poco a poco las clavijas a una escuadra que no era capaz de hilvanar dos jugadas consecutivas, pero se topó con su falta de acierto ante el marco contrario y con las buenas intervenciones del meta cántabro, aunque Rubén, al transformar un penalti, acortó distancias en el minuto 18, llegándose al descanso con un esperanzador 1-2 en el luminoso. En la segunda mitad Serginho volvió a matar las esperanzas locales en doce segundos, el tiempo que tardó en colocar el 1-3 en el marcador. Tras el gol volvió a igualarse el juego, metiendo Tito el miedo en el cuerpo al líder con el 2-3 a tres minutos del final.