Ni Cipollini ni Freire: Bettini

No hubo fortuna para el leonés Javier Pascual, que a pesar de su buena disposición en la carrera, no pudo hacer valer sus opciones. A pesar de que ya en los primeros kilómetros de carrera se pudo advertir el nerviosismo del pelotón, con intentos de ataques y demarrajes que querían tantear fuerzas e intenciones, todo hacía presagiar que la carrera se decidiría en el último tramo, tras las subidas a los altos de La Cipressa y el Poggio. Tan sólo se llevaban recorridos 7 kilómetros cuando un grupo formado por nueve corredores (Durand, Augé, Wrolich, Da Cruz, Aebesold, Vansevenant, Gutierrez, Van Hyfte, López Gil) demarró del pelotón, intentando una escapada heroica que sería neutralizada por el grupo. Y Bettini saltó en el Poggio, a 6 kilómetros de la llegada, bien secundado por su compañero de equipo y amigo, Luca Paolini, dando buena muestra de que ni Cipollini, renqueante por unos problemas intestinales, ni un Oscar Freire que venía pletórico tras ganar la última etapa de la Tirreno-Adriático, por delante de «Super Mario», harían que la victoria se les escapara de las manos. El equipo belga dirigido por Patrick Lafevere ya había movido sus fichas y el resto de equipos y corredores tan sólo intentaban neutralizar la llegada en solitario de Bettini. Era demasiado tarde. Bettini entró a la meta por delante de cinco de sus compatriotas.