Diario de León

SEGUNDA DIVISIÓN B

Sólo faltó «emburriarla»

Hace unos años José Carrete acuñó una célebre expresión en Fuentesnuevas «jugamos de maravilla pero sólo nos faltó emburriarla». Ayer a la Deportiva le sucedió algo parecido en Luanco. No es que los de Simón jugaran de ensueño

Publicado por
Ramón Díez Enviado especial de LUANCO.
León

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Necesitaba la Ponferradina un partido similar al de ayer en Luanco, después de las tres derrotas consecutivas ante Cultural, Universidad y Lanzarote, que tantas dudas provocaron en las semanas anteriores. Los de Simón no tuvieron una actuación para enmarcar en el Campo de Miramar, pero sí se hicieron acreedores a regresar a Ponferrada con los tres puntos, a poco que hubieran estado atinados en los últimos metros. Sin embargo, está claro que los delanterios blanquiazules siguen bajo mínimos, pese a que el ex del Marino, Alejandro, anotó al borde del descanso el único tanto de los ponferradinos. El primer tiempo resultó bastante igualado y eso que estuvo marcado por el tanto inicial de los asturianos, logrado por Borja al aprovechar un rechace de Álvaro, que había salvado con acierto el remate de cabeza de Joseba que iba camino de la red. La defensa blanquiazul anduvo permisiva, primero cediendo la falta que dio origen al gol y después no llegando a proteger el marco cuando el meta Álvaro rechazó el remate envenenado de Joseba Iglesias. El caso es que los de Simón supieron rehacerse frente a un Marino que, dicho sea de paso, nada tiene que ver con aquel equipo compacto del año pasado. Cascallar estuvo a punto de empatar en el minuto 24 cuando elevó la pelota sobre el meta Edu Morán, que había salido con poco acierto casi a la lateral de su área. Finalmente sería Fermín el que salvó el tanto bajo palos, cuando Panadero se aprestaba a empujarla. El propio Cascallar rondó el gol minutos después, pero Eduo Morán pudo desviar su disparo con dirección al córner. Cuando parecía que el primer tiempo ya iba a concluir con la ventaja local, Lanza botó una falta desde la izquierda y al segundo palo, con dirección a la cabeza de Panadero que se eleva sobre la zaga local y el balón queda suelto para que Alejandro, en la boca de gol, sólo tenga que empujar a la red. El Marino acusó el factor sicológico y lo pagó en el segundo tiempo, donde el equipo de Simón jugó casi a placer. Bien es cierto que el primer susto lo dio César, cuando disparó ante Álvaro completamente solo y el meta vasco volvió a salvar a su equipo. A partir de ahí controló siempre la Deportiva y sólo en contados contragolpes se manifestaron los de Roberto Robles. Igor no acertó, igual que Panadero ni Alejandro, ni tampoco Pereira que tuvo la ocasión más clara, ya en el descuento, cuando remató sobre el larguero en el mano a mano con el meta Edu Morán. Empate con sabor a victoria, que invita a confiar en este equipo.

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