Un arbitraje sin criterio

No realizó un buen arbitraje el colegiado madrileño Del Cerro Grande. Sin embargo, por la buena conducta de los jugadores debería haber sacado el encuentro con una calificación alta. Dejó sin sancionar muchas faltas. No tuvo un criterio uniforme en este apartado. En el aspecto disciplinario se mostró muy poco acertado. El árbitro quiso, desde el principio, terminar el partido sin amonestaciones. Al final no le quedó más remedió que sacar tres cartulinas. Todas ellas justas, aunque tardó demasiado tiempo en mostrar la primera, en el minuto 87. Debió de tarjetear anteriormente a Pablo, en la jugada del penalti, segundo consecutivo que comete y segundo totalmente innecesario. Debiera de tener más cuidado en las entradas sin sentido dentro del área. También debieron de ser amonestados por duras entradas Mario, Sergio Fernández y el asturiano Terente. En cuanto a sus asistentes, sus errores no hicieron sino equivocar continuamente al árbitro principal. Del Cerro Grande en lo único que mantuvo la compostura fue en el aspecto físico, aunque sigue en demasía la diagonal, debiéndola de abandonar en más ocasiones, para poder dirigir mucho mejor el partido. Pudo influir también en el marcador final, ya que en la jugada del gol de Redondo la anuló por una supuesta mano de este jugador y el segundo gol del Langreo viene precedido de un más que posible fuera de juego de Javi Prendes. En resumen, mal arbitraje que pudo influir en el marcador. El Comité ha de tener en cuenta algo más que el físico.