El árbitro se convierte en triste protagonista

Más que del encuentro, en el que el Puente Castro cayó derrotado merced a un penalti en el minuto 93, cabe hablar del colegiado que lo arbitró. Pelillo Fernández es un árbitro malo, que por dos veces ha sido descendido de categoría, y que sobre todo se caracteriza por su actitud chulesca en la relación con los protagonistas de los encuentros. Antes de la media hora de juego ya dejó al equipo leonés con un jugador menos al mostrar dos cartulinas amarillas a López. Hasta ese momento el juego estaba resultando muy igualado, aunque el Puente Castro acusaba jugar en un campo de tierra, una superficie a la que no está acostumbrado. El encuentro se estaba desarrollando sin ocasiones, y en el minuto 64 expulsó con tarjeta roja directa a Aitor, que había saltado al terreno de juego tan sólo nueve minutos antes. Con esta segunda expulsión el equipo leonés se limitó a defender, bien colocado y con orden, pero renunciando al ataque al poner un solo punta y basar todas sus posibilidades de victoria en saques de esquina y faltas al área. Por su parte los locales con dos jugadores más sobre el campo, no supieron jugar para aprovechar esa superioridad, ya que en vez de tocar se precipitaron deseando llegar muy directos. Entonces el recital del árbitro continuó. Aunque las expulsiones habían sido justas dentro de lo riguroso, intentó compensar. Por ejemplo, no quiso ver un cabezazo de Diego I a Pipo que pudo ser penalti y expulsión. Sin embargo ya en el descuento pitó un penalti más riguroso por agarrón al local Jónathan Fernández a la salida de un córner, que supuso la victoria de los locales.