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«Papá, Raúl me guiñó el ojo»

Los futuros futbolistas de León se congregaron en el Palacio de Deportes para ver de cerca a las figuras de la selección española.

Los más pequeños del fútbol leonés saludaron a los internacionales

Publicado por
Redacción - LEÓN. Ángel Fraguas
León

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Emoción, lágrimas y miradas de asombro ante la aparición de los integrantes de la selección española fueron las características esenciales del acto «Cuando Juega la Selección, Jugamos Todos». Más de 3.500 chavales llenaron los asientos instalados para acoger la firma de autógrafos y el regalo de camisetas. Raúl fue el jugador más asediado una vez más.Los componentes de la selección española de fútbol hicieron realidad el sueño más codiciado de los más pequeños. Algunos con cara de póker esperaron la llegada de los internacionales. El autobús que trasladó a la selección española desde el hotel hasta el Palacio de los Deportes sintió en su chapa las muestras de cariño de la chavalería leonesa. Muchos niños se tuvieron que conformar con presenciar a sus ídolos desde fuera del Palacio de los Deportes. Las acreditaciones para acceder al recinto no dieron para todos. Con todas las plazas cubiertas para acoger el acto «Cuando Juega la Selección, Jugamos Todos», los niños leoneses, con la ilusión en sus miradas, estallaron cuando apareció el primer internacional español por una de las puertas del Pabellón. Michel Salgado dio pie al griterío y a los chillidos de emoción de los peques. Detrás del madridista todos los demás, incluido el seleccionador Iñaqui Sáez. El último y el más esperado Raúl González. El delantero del Real Madrid es la estrella que guía a los niños. En León, al menos quedó confirmado. Su presencia sirvió para que el Palacio se pusiera patas arriba. Cuando Raúl pasó a ocupar su asiento, con toda la chavalería en pie, los gritos y las pancartas se rindieron sobre su persona. Esperaba todavía lo mejor. Los promesas leoneses tenían todavía que pasar por delante de sus ídolos para recibir la fotografías firmadas de los internacionales. En principio, con la foto bastaba. Sin embargo, los chavales se crecieron al comprobar que las estrellas habitan en la tierra. Son de carne y hueso. Y se les pueden pedir determinadas sugerencias. Los más decididos no dudaron en solicitarles la firma de camisetas y de balones. Sin poner ninguna traba, los internacionales firmaron cada una de las peticiones que recibieron. Las diminutas manos de algunos de los más pequeños no les dejaban abarcar todas las fotografías y otros aperos que llevaban encima. Los monitores del Ayuntamiento de León les ayudaron para que no dejaran nada por el camino. Todos miraban de reojo al último de la fila, pero el primero en entusiasmar a los más pequeños. Raúl González aguantó las peticiones de todos, incluso de algunos mayores, que acudieron como niños a saludar al buque insignia del fútbol nacional. Los niños, una vez que recibieron los regalos de sus sueños, mantuvieron por unos