EL BIERZO VIBRA CON LA DÉCIMA EDICIÓN DE SU RALLYE
¿Dónde está la clave del éxito?
En la edición del año pasado nadie tenía dudas sobre dónde estaba la clave del Rallye. El tramo de Villafranca era el más largo y por eso ahí era donde se podían marcar diferencias. Esta vez la
Germán Castrillón «vuela» sobre el asfalto en la pasada edición del Rallye
La auténtica novedad de la carrera llega de la mano del tramo situado entre las localidades de Sobrado y Corullón. Se trata de un itinerario virado y con gran desnivel en ocasiones, tanto para arriba como en sentido descendente antes de llegar al Mirador de Corullón. Toño Garrido explicaba que la carretera tiene «buenas vistas a la izquierda» en referencia a los barrancos que se encuentran a ese lado del asfalto. Además son casi 14 kilómetros que pueden marcar diferencias si es que se comete algún error y por eso los pilotos tratarán de mantener la concentración al máximo en este tramo. Después llega el más largo del Rallye. Podría pensarse que los pilotos ya conocen perfectamente sus secretos después de haberlo transitado el año pasado, pero poco o nada tiene que ver ahora puesto que la organización le ha dado la vuelta a la tortilla y se habrá de recorrer en sentido contrario a como se hizo entonces. Partiendo de Valtuille se asciende hasta Pobladura y el cruce de la carretera de Paradiña para luego iniciar un descenso vertiginoso hasta Villafranca. Aquí sí que pueden marcarse diferencias porque en veinte kilómetros hay terreno para hacer hueco y más aún si se precisa del valor suficiente como para arriesgar cuando la carretera se inclina hacia abajo de forma tan pronunciada. No es extraño que Javi Arias afirmara días atrás que prefería el formato anterior, donde casi todo el tramo se hacía en subida, aunque tenía su miga el descenso posterior. Si los ánimos están a tono, los pilotos echarán el resto en los aledaños del Toralín, ante los miles de aficionados que se aguardan en la capital berciana.