El Dépor se agarra a la Liga

A falta de diez jornadas, Depor y Real se hallan a siete puntos del Real Madrid. El grancanario, que comenzó en el banquillo pero reemplazó a Tristán en la segunda mitad, tiró de manual, clase, elegancia y precisión para convertir en un monólogo del Deportivo un choque que los donostiarras dominaron al principio. No marcó pero hizo jugar a sus compañeros y fue clave para evitar un empate que sólo beneficiaba al Real Madrid. La Real, que desperdició un penalti clave en el último minuto de la primera parte, sorprendió al Deportivo con un arranque extraordinario. Los donostiarras recuperaron todas las señas de identidad que le hicieron ser líder invicto durante la primera vuelta y, con osadía, se fue a por los gallegos desde el pitido inicial del veterano árbitro. Causa donostiarra Con tres extranjeros tan comprometidos con la causa donostiarra y desequilibrantes como Karpin, Nihat y Kovacevic, robó el balón al Deportivo y se adueñó de la zona ancha. Fruto de su mejor juego llegó el 0-1. Un balón largo de Rekarte, un control regular del turco, una salida a destiempo de Molina y un mazazo a los coruñeses. A partir de ahí, el Deportivo se recompuso. A pesar de echar en falta el juego entre líneas de Valerón y las internadas por la banda de Víctor, castigado de nuevo por Irureta, pasó a dominar al menos territorialmente. Con Tristán desacertado, Makaay era quien más inquietaba a Westerveld. La lesión de Andrade, que debería haber sido un serio contratiempo para el Deportivo por la falta de centrales en el banquillo, fue clave para el empate. Salió Capdevila y el catalán empató, a dos minutos del descanso, tras lanzar un zapatazo en un golpe franco indirecto. Weterveld sólo hizo el molde. López Nieto, protagonista El partido era vistoso y López Nieto quiso ser el máximo protagonista. Se equivocó al señalar una inexistente falta de Aranzábal que precedió al empate y, segundos después, señaló un penalti de chiste por supuesto empujón o agarrón de Scaloni a Gurrutxaga, que se estrenaba este curso en Liga. Kovacevic lanzó con violencia pero se estrelló contra el travesaño. En la reanudación, el dominio deportivista se hizo más patente. Xabi Alonso desapareció y los gallegos se quedaron para siempre con el balón. Y todo ello gracias a la magia Valerón. Ya sin el sevillano, el Deportivo perdió a Makaay, que se tuvo que retirar renqueante. Dejó paso al incisivo Luque, quien cabeceó al palo poco después de entrar y antes de que Fran dictase sentencia. La Liga se aleja un poco más para la Real. Y el Depor sigue soñando.