Enrique Rodríguez cruza el charco
Enrique Rodríguez Pérez llevaba algunos años dedicado a entrenar a equipos de fútbol base, hasta que le ha llegado una propuesta ambiciosa desde el otro lado del charco. Se trata de llevar al Club Herediano, uno de los más potentes de Costa Ric
El veterano técnico de Cubillos ha sido santo y seña de la Deportiva a lo largo de su ya dilatada trayectoria. Primero como jugador, más tarde como técnico y después como secretario técnico, Enrique estuvo enrolado en la Ponferradina durante la mitad de su vida. Sin embargo, también dirigió a otros equipos y jugó en algunos más. De hecho, elaborar el currículum de Enrique precisaría de un montón de tiempo para recopilar tanta información. El caso es que ahora se embarca en una aventura fascinante «me llamó el director deportivo de este equipo que es un berciano llamado José Ramón Vecino, diciéndome que las cosas no van bien y que había pensado en mí para tratar de enderezar el rumbo». No es que el Herediano corra peligro de descender, es que está tercero en la Liga de Costa Rica y sólo los dos primeros disputarán la Copa Libertadores el próximo año. En principio va para dos meses, hasta que concluya la temporada, pero todo queda a expensas de la suerte que corra en este tiempo. Enrique se cree capacitado para esta nueva misión «el fútbol ha evolucionado, pero no tanto como la gente cree, lo básico y fundamental sigue siendo vigente, así que no habrá que hacer ninguna revolución». El de Cubillos lleva algunos años sin entrenar a equipos profesionales, pero eso no es un obstáculo para él «al contrario, he estado viendo mucho fútbol y pienso que, en cuanto a conocimientos, estoy en el mejor momento de mi carrera para dirigir». Bromea incluso cuando se le recuerda que está próximo a las setenta primaveras «los dos mejores técnicos de la Liga española son de mi quinta, Luis Aragonés y Joaquín Peiró, les dan mil vueltas a todos los demás». Se hace difícil entender el fútbol berciano sin la proximidad de Enrique, sea en la faceta que sea «yo digo igual que McArthur, me voy pero volveré, todavía tengo que decir algunas cosas aquí en el Bierzo, si la salud me respeta como hasta ahora». Suerte amigo.