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El Manchester sale vivo del Bernabéu a pesar de Zidane

El Madrid bailó por momentos al Manchester, pudo haber sentenciado el pase a semifinales en Chamartín, pero un gol de Van Nistelroy le hizo sufrir hasta el final y le obligará a tener máximo cuidado a la vuelta

Zidane conduce el balón ante Scholes

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Ignacio Tylko - MADRID.
León

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Los blancos hicieron un partido enorme ante lo más parecido a la horma de su zapato, pero cometieron el error de adornarse en exceso cuando pudieron golear. Figo y Raúl, el madrileño en dos ocasiones, pusieron los goles en una noche mágica en la que Zidane impartió una lección magistral de fútbol y elegancia y Ronaldo ofreció una de sus peores versiones. El Madrid no tenía el balón y daba la sensación de sufrir. Pero en su fuero interno, los blancos confíaban en su descomunal pegada y en las facilidades del Manchester en defensa. Una zaga vulnerable por todas partes, en especial por los laterales, donde G.Neville y Silvestre son impropios de un club con este presupuesto y grandeza. Sus previsiones no fallaron, ya que en sus dos primeras llegadas marcaron. Cuando Barthez hizo la primera parada de la noche, a tiro de Roberto Carlos pasada la media hora, su equipo ya perdía así por 2-0. Figo firmó un gol prodigioso que si lo anota otro jugador cualquiera se diría que fue un churro y que intentó centrar. Pero el portugués lo buscó. Cambió su posición, se escoró a la izquierda, recibió con tiempo para pensar y colocó una rosca con la derecha por la escuadra más alejada de Barthez. El francés tiene buen gusto con las mujeres -Estefanía de Mónaco y Linda Evangelista entre otras- pero su calidad como portero es discutible. Se comió el disparo de Figo y el posterior remate de Raúl raso y por su palo, la segunda vez que el Madrid pisó el área. También falló un despeje que estrelló contra Roberto Carlos, en un balón que golpeó con la mano fuera del área... En fin, Un desastre. Liderado por un Zidane estratosférico, que por momentos impartió una lección de como jugar y hacer disfrutar a los compañeros, con y sin balón, elegante como ningún futbolista en el mundo, el Madrid pasó por encima del pálido Manchester hasta el descanso. Al paso, sin desgaste, riduculizó a los de Old Trafford. Quizá, cometió el error de adornarse demasiado en lugar de machacar a un adversario roto, destrozado. Si Raúl ya define hasta con zapatazos, apaga y vámonos. Pero con 3-0 y todo decidido, el Madrid se distrajo. Una jugada tonta, una posible falta previa sobre Zidane, un paradón de Casillas y el gol de Van Nistelrooy, lo mejor del Manchester junto a Scholes.