El Barça recurre al Conejo de la suerte

El partido fue como se esperaba, muy táctico, pero con el paso de los minutos se desbocó y cuando Antic recompuso su dibujo con la entrada de Mendieta por Riquelme, el Barcelona ya tuvo más hechuras. No es que le impresionara el escenario, ni tampoco se vio superado por la situación. El Juventus, tampoco fue un rival espléndido, pero el Barcelona ofreció la imagen dubitativa de la liga durante muchos minutos. Lippi decidió dejar en el banquillo a Zalayeta, situó a Del Piero como el delantero más adelantado y los turineses aprovecharon la movilidad de Nedved y Camoranesi. Antic dio protagonismo a Riquelme y confió en el desborde por la derecha de Overmars. El holandés fue el único peligro del Barcelona en el primer tiempo. Riquelme juega a otro ritmo y ante un fútbol rápido y físico como de los italianos, no tiene opciones. En el primer tiempo, el Barcelona se apuró en defender. Sufrieron los de Antic en las jugadas a balón parado, más por la acumulación de hombres del Juventus que por el peligro que entrañaban las acciones, pero todo se empezó a complicar cuando los azulgrana no atinaron en las entregas y perdieron algunas posesiones en campo propio. Entonces aparecían los destellos de Del Piero, las arrancadas de Nedved y alguna acción vistosa de Camoranesi, que fueron los mejores argumentos de los juventinos, quienes se encontraron con el gol en el primer remate a puerta que intentaron. A pesar del 1-0, el guión del partido no varió. Xavi intentó conectar repetidamente con los dos puntas y si bien Kluivert se mostró muy participativo, Saviola estuvo perdido durante buena parte del partido. La esperanza barcelonista era Overmars, pero el peligro no llegaba sobre la meta de Buffon, que intervino en dos tímidos remates de Riquelme, lo único que ofreció el Barcelona en los 45 minutos iniciales. Minutos decisivos El encuentro se abrió más en los minutos iniciales del segundo tiempo. Los de Antic jugaron más decididos. Presionaron un poco más arriba, recuperaron balones y, aunque dejaron más huecos, también los encontraron en la defensa local. Con esa dinámica, el partido resultó más movido. Antic reaccionó con la entrada de Mendieta por Riquelme, Motta adelantó su posición y los catalanes tuvieron mayor equilibrio en sus líneas, aunque eso sí, el encuentro ya se había convertido en un correcalles. En esas circunstancias, el Barcelona se podía llevar la peor parte, pero no fue así. Su juego fue creciendo poco a poco, creyó en su fútbol y se encontró con el premio que había buscado. A doce minutos del final, una jugada por la izquierda de Reiziger la concretó Saviola. El Conejo concretó a trompicones y consiguió un gol de oro para su equipo a doce minutos del final.