Diario de León

«He sido demasiado Quijote»

Lo que se le había presentado como una experiencia fascinante ha terminado para Enrique como una decepción por la forma en que se desencadenaron los hechos. Según el técnico berciano, gente de la Directiva del Herediano trató de interferir en s

El veterano dirigente berciano durante la rueda de prensa que ofreció ayer

El veterano dirigente berciano durante la rueda de prensa que ofreció ayer

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Ramón Díez Redacción - PONFERRADA.
Ponferrada

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Quería el entrenador de Cubillos realizar una declaración conjunta para todos los medios locales, después de la cantidad de cosas que se han dicho a ambos lados del Atlántico, desde su marcha a Costa Rica. Empezó describiendo un panorama en la ciudad de Heredia con el que no contaba antes de partir «existía un gran revuelo antes de mi fichaje por la destitución del anterior entrenador, Carlos Watson, que es un hombre muy carismático en su país, mi llegada sólo contribuyó a avivar el fuego que ya existía». No tiene ninguna queja del trato con los jugadores del equipo florense, a los que sólo pudo dirigir en una sesión «quedé muy satisfecho con ellos, detecté que la gente estaba a gusto conmigo, lo único negativo que percibí es que la plantilla no estaba lo suficientemente trabajada y así se lo dije a la Junta Directiva». Pero había muchas cosas en contra de la continuidad de Enrique en la ciudad costarricense «es cierto que hubo injerencias en mi parcela deportiva por parte de la Directiva, no me confirmaron que iba a tener total autonomía y con el enfrentamiento que existía entre la prensa y los dirigentes, estaba claro que la víctima propiciatoria iba a ser yo». Viendo cómo estaba la situación, Enrique entendió que lo mejor para todos iba a ser su salida del equipo «me fui en beneficio del club, intentó convencerme el presidente para que me quedara, pero yo seguí en mi postura, si no iba a cambiar la actitud sobre mi trabajo, no tenía sentido seguir». Ahora se siente aliviado «la verdad es que casi me alegro de haberlo dejado, sabía que si perdíamos un partido aquello iba a ser un volcán en erupción y conste que no lo digo porque tuviera miedo al fracaso, ya que nunca me he arrugado ante los retos y no lo voy a hacer a estas alturas, pero creo que en todo este asunto he pecado de ser un Quijote». A Enrique le hace gracia que la prensa local cuestionara sus conocimientos para dirigir a Herediano «en España ese equipo sería un Tercera bueno o un Segunda B de mitad de la tabla para abajo». Pese a todo lo ocurrido en estos últimos días, el de Cubillos no se arrepiente de haber probado fortuna en América «no me arrepiento porque es una experiencia con la que ya no contaba a mi edad, pero no suelo arrepentirme de mis decisiones». Por contra, Enrique se ve entero para seguir en la brecha «yo muero peleando y ojalá tuviese la suerte de que se pusieran en contacto conmigo tras el Torneo de Clausura porque a mí no me gusta quedar en deuda con nadie». Es un luchador que se ha fajado toda la vida y no piensa tirar la toalla a estas alturas.

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