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Ronaldo y Luis Enrique, ajenos a los colores del pasado, ponen rúbrica a las tablas en el derbi

Real Madrid y Barcelona empatan en el derbi (1-1)

El Barça superó al Real Madrid en el Bernabéu, pero sólo pudo sacar un punto, aunque también pudo quedarse sin el empate si no hubiese sido por el la

Arriba, Luis Enrique celebra el gol del empate; abajo, una fricción

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Amador Gómez - MADRID.
León

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El Barcelona hizo méritos para llevarse la victoria y Muñiz Fernández anuló un gol legal a Mendieta en la primera parte e ignoró un penalti a Luis Enrique en la segunda. El Barça estuvo cerca de dar el golpe en el Bernabéu, y el Madrid, pese a su arreón final tras la entrada de Guti, sufrió hasta el último momento para salvar un empate que le puede complicar su camino hacia la Liga. Uno de los hombres del derbi fue Luis Enrique, que encendió el partido poco después de marcar el 1-1 tras encararse con Zidane (el francés le dio un manotazo a Puyol), y desde ese momento el Barça se creció, maniató con su presión al Madrid, y volvió a adelantar sus líneas en busca de otro gol. El Madrid tuvo en esa primera mitad cuatro ocasiones de gol y marcó una ante un Barça que desde el principio fue muy valiente y logró aguantar en esos minutos de zozobra de los que los blancos, tras el 1-0, no se aprovecharon, pese al nerviosismo de la defensa azulgrana y de Bonano. Y al Barça le vino muy bien esa acción de Zidane sobre Puyol que gracias a Luis Enrique calentó aún más un partido en el que las estrellas blancas no pudieron brillar, aunque el motivado Ronaldo no perdonó en la tercera oportunidad que tuvo. Porque con Puyol persiguiendo a Ronaldo, Sorín a Figo, Zidane intermitente y Raúl recibiendo escasos balones, el Madrid no estuvo fino, mientras que el Barcelona, con su presión y garra, la velocidad y desborde de Overmars y el espíritu y claridad de Luis Enrique, metió miedo desde el inicio. El Madrid se mostró muy precipitado desde el principio y a pesar del 1-0 que permitió que se rehiciese, nunca pudo maniobrar en el centro del campo ante la contención azulgrana. Ante las muchas dificultades para crear juego el Madrid buscó muchas veces a Ronaldo con balones largos, pero el Barça, con la defensa muy adelantada, no concedió más errores. Y cuando el Barcelona tuvo el balón, lo jugó con mucho sentido y profundidad, pese a jugar con uno menos, porque Mendieta sólo apareció en el primer tiempo para que le anulasen un gol tras un pase genial de Luis Enrique. Más complicado Tras el descanso el partido aún se le complicó aún más al Real Madrid, que no volvió a llegar hasta la portería contraria, y con un disparo sin peligro de Míchel Salgado, hasta el minuto 63. El Barcelona no sólo mantuvo su nivel de atrevimiento, sino que se hizo el dueño absoluto del balón y del centro del campo ante un Madrid muy gris que no dejaba de perder balones y se mostraba impotente ante la presión y concentración del equipo de Antic. Incluso en defensa el Barcelona mantuvo un grandísimo rendimiento las escasas ocasiones que los blancos llegaban arriba, siempre perdiendo la batalla ante Sorín y compañía. El Madrid no dejó de insistir hasta el final, pero el Barcelona aguantó defendiendo con todo y soñó con alguna contra hasta el último minuto, cuando Riquelme malogró la ocasión para dar el golpe en el Bernabéu. Ya en el tiempo añadido, Bonano volvió a salvar al Barça. No habría sido justo el triunfo blanco.

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